viernes, 9 de noviembre de 2012

NO SE PUEDE OBVIAR

Hoy, no se puede obviar hablar del 8N. De lo que resultó ser y lo que dejó la protesta opositora, sobre todo habiendo generado tantas expectativas y haber provocado un cúmulo de opiniones y especulaciones previas.
No se puede obviar que “ganó en masividad, aunque perdió algo de sorpresa”, como escribió Fernando Cibeira; y que fue quizás la protesta más numerosa de los últimos años, contra el Gobierno. Pero no puede dejar de decirse que, dada las características que tuvo (multiplicidad de puntos de reunión, recorridos y rotación de manifestantes), esa masividad resulta complejo de cuantificar; y las estimaciones fueron absolutamente dispares (1), dependiendo de quién las hizo y quién las publicó. En este último caso, tanto aquí como en el exterior. Fue una multitud; “una multitud abstracta, suma de individualidades, inmaterial en sus consignas, difusa en sus movimientos”, la definió el sociólogo, director de la Biblioteca Nacional y miembro de Carta Abierta, Horacio González.
Que la cuantía, sea cual fuere, perdió algo de sorpresa, no debe asombrar a nadie. Fue el resultado de ¿dos meses? de insistente convocatoria a través de todos los recursos que ofrece la Web. La hubo para todos los gustos y mal gustos, dando por tierra con aquello de “autoconvocados” y con cualquier carácter de espontaneidad con que quiera adornar a la manifestación.
Allende su organización previa por los sectores sospechados, de los cuales ya mucho se habló, no se puede obviar que como era previsible la convocatoria surtió efecto entre gente de clase media y media alta, no así en los sectores más vulnerables. Y Horacio Verbitsky calificó a sus reclamos de “sueños de una noche de verano” comparados con lo sustancial de la política que viene llevando adelante el kirchnerismo; y si bien es cierto que sería inimaginable que el Gobierno se apoque ante expresiones del tipo y tenor de las de ayer (como lo sostuvo el periodista), hay que separar la paja del trigo. Sería apropiado no obviar todos, y no por ello traducirlo en un cambio de modelo. Sobre todo algunos de aquellos reclamos de quienes no estaban allí sin el menor interés de que los escuchen en el sentido democrático del término. Aunque tampoco puede dejar de reconocerse que las demandas fueron tan dispersas y ambiguas -en algunos casos incoherentes- que el debate político real en el que podrían encauzarse se dificulta. Un intríngulis que sería tan inteligente como interesante resolver.
Para aquella gente que, como se dijo, no fueron a la  movilización sin interés de que los escuchen en el sentido democrático del término, respecto de esa dispersión y ambigüedad de consignas y peticiones y, por qué no, la sinceridad / intencionalidad oculta de los promotores y  los efectos buscados, Horacio González concluyó: “Escuchamos que se decían el pueblo. Todos tienen derecho a hacerlo y de así llamarse. Sobre la base de ese derecho esencial se construyen las naciones y sus disensos o eventuales particiones. Pero el que vimos televisado ayer es un pueblo que, pongamos que sin saberlo, evoca retrocesos conocidos en una historia que nadie dijo que sería fácil. /// No se sale en vano a la calle. Cuando las otras multitudes, el pueblo que elige nombres más precisos para contar una historia de emancipación, re-ocupe a su vez esas mismas calles, no sólo se van a notar muchas diferencias. Sino también que las multitudes que asuman palabras fundamentales (no todas), pero sin contenidos históricos (no todas, exceptuamos a las abundantemente relacionadas con las derechas nuevas y antiguas del país), podrán hacer su examen. /// Quizá numerosos manifestantes de hoy, ojalá que muchos, puedan abandonar la justicia convertida en injusta abstracción y la libertad convertida en un valor genérico sin ancladuras sociales, en una relación más atinada con un itinerario político y colectivo, que actúa en la dificultosa concreción de su vitalidad democrática. Aprender puede ser el abandono de una abstracción fundamental, conservando lo que eventualmente tiene de fundamental, pero apartando su lastre de abstracciones, con el que juegan las neoderechas de turno”.
Respecto de la intencionalidad oculta de los promotores y  los efectos buscados, la titular de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, en una carta abierta ya previamente pedía a los que quieran protestar que no se dejen engañar y lo hagan otro día. Y advertía: “Queremos que entiendan que no es una marcha inocente, es una marcha preparada, por eso dicen cómo hay que ir vestidos y que no hablen con la prensa. Es una marcha netamente golpista, netamente destituyente”.


(1) Según el Jefe de Gobierno porteño Mauricio Macri, se concentraron 2 mill de personas, sin indicar más; según la Policía Metropolitana en Buenos Aires se manifestaron en total 700 mil personas (500 mil en las inmediaciones del Obelisco y 200 mil en otros lugares neurálgicos de la ciudad); y el Gobierno nacional consideró que hubo entre 70 y 100 mil manifestantes.

 

1 comentario:

  1. Sobre el 8 N:
    El 8 de noviembre además de recordar el cumpleaños del asesino Astiz y el 2°año de la muerte del ídem Massera, se conmemora el primer intento de golpe de Estado de A. Hitler ,del 8 de noviembre de 1923("Putch de Munich").Dicen que las casualidades no existen, pero los tres acontecimientos coinciden en su ideológia nazi-fascista.
    Art. 22 de la Constitución Nacional:
    "El pueblo no delibera ni gobierna ,sino por medio de sus representantes y autoridades crea-
    das por esta Constitución.Toda fu-
    erza armada o REUNION DE PERSONAS
    QUE SE ATRIBUYA LOS DERECHOS DEL PUEBLO Y PETICIONE A NOMBRE DE ESTE
    COMETE DELITO DE SEDICION". (mayúsculas mías).
    Con las conmemoraciones del 8 N mencionadas y con los carteles que leí,sobre todo con respecto a la presidenta,habría que considerar si no estamos ante una apología del delito de sedición.La palabra la tiene un buen constitu- cionalista.
    Cariños, Sol.

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