TE CONTESTO




AL TEFLÓN CLUB

Consideraciones iniciales:
El presente post es una respuesta a las que se consideran las principales consignas de la convocatoria, distribuida por correo electrónico, a la marcha a realizarse el 13/septiembre. 







(FACE DEL EVENTO: https://www.facebook.com/events/278583868914852/)


-No somos libres de salir del país, pues tenemos que pedir permiso para que te den unos pocos dólares como si fuéramos criminales.
-Te dicen en qué divisa tenés que ahorrar; pero convirtieron a la nuestra en apenas papelitos de colores que no son reconocidos en el mundo y que se devalúan diariamente.
-No podes negociar tu vivienda de la manera que se te antoje, pues ellos te dirán en que moneda lo debes hacer.
¡Y dale con el dólar…! O la moneda extranjera que sea. Tantas décadas de colonización intelectual y cultural… Sí que somos libres. Cada uno puede salir del país cuando así lo desee sin pedir permiso, si es que no tiene cuentas pendientes con la Justicia en el fuero Penal. Tampoco debe pedir permiso para comprar moneda extranjera, sólo se requiere realizar un nuevo trámite previo para su adquisición; trámite que actúa como un calibre pasa-no pasa, detectando evasores impositivos. El que evadió queda encerrado en su propia trampa. ¿La cantidad de moneda extranjera que el Gobierno permite adquirir para viajes al exterior es limitada? Sí, porque ningún viajero carece de medio de pago electrónico para manejarse en el exterior; y ese medio es el que se induce a usar dado que es un instrumento más para detectar evasores impositivos.
¿Ahorrar? Nadie impide hacerlo en la divisa que cada uno se desee. El caso se emparenta al de adquisición de moneda extranjera para viajar al exterior. Si el interesado no ocultó y/u oculta nada, no encuentra mayores trabas.
Sería muy bueno que los “cacerolos”, nostálgicos del “deme dos”, ilustren acerca del momento en que nuestros “papelitos de colores” -nuestra moneda, para quienes no nos alistamos en las filas reaccionarias- fue reconocida en el mundo. Asimismo, respecto de cuándo no fue sometida a devaluaciones. Sería tan bueno como que los frágiles de memoria recuerden las consecuencias de aquellas épocas en que el tipo de cambio se sostenía ficticiamente para luego desembocar indefectiblemente en megadevaluaciones. Obviamente, siempre a favor de intereses ajenos a los del ciudadano común.

En ambos los casos, lo que realmente molesta a los que le molesta, y no dicen, es: 1) toda aquella acción / medida de Gobierno que limite la posibilidad de evasión impositiva y/o fuga de capital; 2) que por lo anterior quienes tengan en su bolsillo moneda extranjera tengan que gastarla, perdiéndose la posibilidad de obtener una ganancia adicional comercializándola ilegalmente en el mercado negro.
Esto último vale también para el caso de operaciones inmobiliarias.
- La pobreza sigue igual, las villas crecen y se gastan millones en propaganda política como futbol para todos.
¿Hay pobreza? Sí. ¿Igual que antes? No. ¿Sería deseable que  fuera mucho menos? ¡Por supuesto! Falta muchísimo por hacer al respecto, pero no hay  que ser hipócritas. Y es de oportunistas vincular el gasto en propaganda política en Fútbol Para Todos con este tema.
Resulta extraño que la pobreza sea tema de preocupación tanto para quienes acompañaron gestiones de gobierno que nos arrojaron desbastados moral, espiritual y económicamente en la puerta del siglo XXI como para quienes se muestran tan preocupados por las limitaciones impuestas para el acceso a los billetes verdes. Y los de memoria frágil, ¿olvidan que en el año 2003 la pobreza alcanzaba a más del 50% de la población?
La televisación del fútbol es un pingüe negocio perdido por algunos. Mezclar la pobreza con él, una de las tantas vendettas  de aquellos. No basta ser un experto en Matemáticas ni en Economía para darse cuenta que ese gasto es sideralmente inferior a los recursos que el Gobierno destina, directa o indirectamente, para mejorar las condiciones socioeconómicas de la población. Se esté de acuerdo no con el cómo. Abundar en esto último sería llevar este post a un in eternum.
Lo que realmente molesta a quienes les molesta la “propaganda política”, y no dicen, es, precisamente, la vía encontrada por el Gobierno para dar publicidad a sus actos de gestión; actos que de otra forma vivirían en el silencio dado que los medios de comunicación dominantes los ocultan o distorsionan.
-La Presidente abusa de la Cadena Nacional, cual Estado totalitario.
Aquí vale lo mismo que lo dicho anteriormente. Amén que la Cadena Nacional es legal. Y lo de Estado totalitario…
-La libertad de expresión se va convirtiendo de a poco en un recuerdo. Los amigos del poder van monopolizando la información.

No existe registro de un período con mayor libertad de expresión que el actual. Para muestra basta un botón, de reciente factura: tapa y nota del último número de la Revista Noticias. Independientemente de este ejemplo, que denigra la profesión de los periodistas por su bajeza deleznable e irrespetuosidad condenable, con sólo leer, escuchar y ver, con verdadero sentido crítico, como corresponde a cualquier ser humano que se respeta a sí mismo, las barbaridades que se escriben y dicen a diario en los medios de comunicación -sobre todo si son oligopólicos-, sería suficiente.
Lo que realmente molesta a quienes reclaman libertad de prensa, pero no dicen, es la cuota de poder perdida y a perder. Se trata de medios acostumbrados a ser dominantes para ser poder; medios desacostumbrados a que se los desnude y se los contradiga. Medios desacostumbrados a que un Gobierno encuentre y utilice vías alternativas de comunicación, restándoles capacidad de formar opinión a medida de sus interese en la población.
-Envían a la "La Cámpora" para adoctrinar a nuestros hijos. Adoctrinamiento es lo mismo que abuso de menores; y la Presidente lo apoyó abiertamente.
-Para trabajar en el Estado o una de sus empresas nada mejor que ser miembro de "La Cámpora".
¡Y dale con La Cámpora…!
Hoy el blanco es La Cámpora, mañana cualquier otra agrupación. Como también lo es o será cualquier otro tipo de usina de pensamiento y acción política. Sobre todo si proviene de sectores juveniles -esos que escasean en otras fuerzas-, porque lo que realmente molesta a los que les molesta La Cámpora, y no dicen, es la fuerza de la juventud puesta nuevamente en movimiento. Esa juventud que no se resigna al sopor en el que fueron sumidas otras generaciones; juventud que interpela, que amenaza el statu quo que tan cómodo les queda a quienes la demonizan.
Adoctrinar… lindo término utilizado para infundir miedo y, consecuentemente, rechazo. En sintonía con la inseguridad. A pesar de la ambigüedad de la consigna puede inferirse que se pretende hacer alusión a los talleres basados en a la historieta El Eternauta. De ser así, se trata de ignorancia pura. Y sostener que para trabajar en el Estado o una de sus empresas nada mejor que ser miembro de La Cámpora es directamente una estupidez. Cantidad de gente que trabaja en el Estado puede dar testimonio de esa falacia. En todo caso, la crítica hacia esa agrupación política podría ser que existe un cierto espíritu sectario en su puerta de acceso
.
-El nivel de corrupción de sus funcionarios es el más alto que se tenga memoria.
Datos concretos por favor… Con condena judicial, como las de funcionarios de la década del ’90; o todavía procesados, como el ex Presidente de la Alianza, el actual Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, etc. Nada de operaciones de prensa, ¿eh?
-Liberan asesinos y otros criminales para que asistan a sus actos políticos.
-La calle es de los delincuentes, y los terroristas son amigos privilegiados del gobierno.
Hay que llamar las cosas por su nombre: el Gobierno no libera a los presos. Salen transitoriamente en el marco de Programas de reinserción, tan discutibles como perfectibles. Pero no los liberan. Más aún tratándose de un asunto que concierne al Poder Judicial.
La pregunta es elemental: ¿rehabilitación sí o rehabilitación no, para los presos? Oportunamente este espacio ya dio su respuesta: Sí, reduce la probabilidad de reincidencia posterior. El cómo es un tema de especialistas. Y los casos excepcionales, un capítulo aparte. Nadie puede pretender que quien ha incurrido en delito no pague por su culpa, pero tampoco nadie puede pretender que a quien ha delinquido, o que se presume que ha delinquido, se lo prive de la posibilidad de rencauzarse. No brindarle las condiciones que permitan su rehabilitación y reinserción es excluirlo definitivamente, empujarlo a continuar por la misma senda que lo condujo a la cárcel cuando recupere su libertad; y con ello la inseguridad se asegura perpetuidad.
La calle no es de los delincuentes. Hay delincuentes como en todas las épocas, pero el show intencionado del momento, promovido por la agenda  mediática, es la inseguridad. Como ya se dijo en este espacio alguna otra vez, a esos medios de comunicación no se los encontrará ahondando en la ventaja (necesidad) de crear las condiciones socioeconómicas necesarias que coadyuven a la máxima disminución posible de los actos delictivos; o bajo qué circunstancias los adolescentes que hoy delinquen optaron por ese camino. Sólo estigmatizan.
-Se adjudicaron la potestad de reescribir la historia.
Reescribir la historia… Los Manuales con las que nos enseñaron cuenta la historia que responde a los intereses para los cuales fue escrita. La que quieren mostrar, incompleta y sesgada. Pero existe otra cara de la moneda que se oculta y calla desde los albores. El revisionismo histórico no es mala palabra. Es asignatura pendiente; es pluralidad que honra a la verdad; es construcción de conocimiento. Aunque pluralidad, verdad y conocimiento molesten a algunos y por ello pretendan evitar que se jurungue documentos y testimonios.
-Lo único válido para ellos es el "pensamiento único".

Por lo anterior -y por muchas otras cosas más, por supuesto-, ¿no será que molesta a los que le molesta, pero no dicen, es que hay un Gobierno que vino a romper con el  pensamiento único que otros habían instalado? A romper con el  pensamiento único, la dependencia, la sumisión, los privilegios y los sitiales vitalicios que algunos creían perennes… ¡En fin!, con el statu quo.
Volviendo al punto anterior, ¿no será que lo que molesta a los que les molesta, y no dicen, es que a partir de este siglo la historia quiera ser escrita de una manera distinta a las que les quedaba cómoda?

Consideraciones finales:
Atribuirle un carácter binario (K-anti K) a la política argentina, resulta un error. Y no ser “anti K” no necesariamente implica ser “K”, como los medios de comunicación dominantes quieren instalar, atribuyéndole adicionalmente desdoro a la condición “K”.
Inclinarse por un proyecto que, en términos generales, coadyuve al bienestar común abogando por mayor inclusión social y mayor equidad en la distribución de la riqueza -priorizándolas- y procure alcanzar un crecimiento sostenible sustentado en el trabajo -no en la especulación-, defendiendo para ello la soberanía política y económica de la Nación -libre de intromisiones foráneas- y devolviéndole al Estado su rol de regulador y arbitrador, no necesariamente es ser “K”. Es definirse por un modelo de país al que se aspira, que en este caso coincide filosóficamente con el proyecto que se encuentra en construcción y se ubica en las antípodas del capitalismo salvaje; es definirse a favor del cambio, a favor de un proceso de transformación que conduzca a ese otro modelo de país que resulta deseable.
Tampoco significa que no se reconozcan errores, que no haya que ajustar algún rumbo o corregir alguna cuestión; o muchas. Es aceptar que todavía falta. Y rechazar todo aquello que socave el rumbo.




MARCHA PATRIÓTICA
(Versión original)
Letra: Vicente López y Planes; Música: Blas Parera

Coro:
Sean eternos los laureles
que supimos conseguir:
Coronados de gloria vivamos
O juremos con gloria morir.

Oid ¡mortales! el grito sagrado:
¡Libertad, libertad, libertad!
Oid el ruido de rotas cadenas:
Ved en trono a la noble Igualdad.

Se levanta a la faz de la tierra
Una nueva y gloriosa Nación:
Coronada su sien de laureles
Y a su planta rendido un León.

Coro

De los nuevos campeones los rostros
Marte mismo parece animar;
La grandeza se anida en sus pechos,
A su marcha todo hacen temblar.

Se conmueven del Inca las tumbas
Y en sus huesos revive el ardor,
Lo que ve renovando a sus hijos
De la Patria el antiguo esplendor.

Coro

Pero sierras y muros se sienten
Retumbar con horrible fragor:
Todo el país se conturba con gritos
de venganza, de guerra y furor.

En los fieros tiranos la envidia
Escupió su pestífera hiel
Su estandarte sangriento levantan
Provocando a la lid más cruel.

Coro

¿No los veis sobre Méjico y Quito
Arrojarse con saña tenaz?
¿Y cual lloran bañados en sangre
Potosí, Cochabamba y la Paz?
¿No los veis sobre el triste Caracas
Luto y llanto y muerte esparcir?
¿No los veis devorando cual fieras
todo pueblo que logran rendir?

Coro

A vosotros se atreve ¡Argentinos!
El orgullo del vil invasor,
Vuestros campos ya pisa contando
Tantas glorias hollar vencedor.

Mas los bravos que unidos juraron
Su feliz libertad sostener.


A esos tigres sedientos de sangre
Fuertes pechos sabrán oponer.

Coro

El valiente argentino a las armas
Corre ardiendo con brío y valor,
El clarín de la guerra cual trueno
En los campos del Sud resonó;
Buenos Aires se pone a la frente
De los pueblos de la ínclita Unión,
Y con brazos robustos desgarran
Al ibérico altivo León.

Coro

San José, San Lorenzo, Suipacha,
Ambas Piedras, Salta y Tucumán,
La Colonia y las mismas murallas
Del tirano en la Banda Oriental;
Son letreros eternos que dicen:
"Aquí el brazo argentino triunfó."
"Aquí el fiero opresor de la patria
Su cerviz orgullosa dobló."

Coro

La victoria al guerrero argentino
Con sus alas brillantes cubrió,
Y azorado a su vista el tirano
Con infamia a la fuga se dio;
Sus banderas, sus armas se rinden
Por trofeos a la Libertad.
Y sobre alas de gloria alza el pueblo
Trono digno a su gran majestad.

Coro

Desde un polo hasta el otro resuena
De la fama el sonoro clarín.
Y de América el nombre enseñado,
Les repite ¡mortales! Oíd:
¡Ya su trono dignísimo abrieron
las Provincias Unidas del Sud!
Y los libres del mundo responden:
¡Al Gran Pueblo Argentino, Salud!



SUBVERSIVO Y CONVICTO


Convicto Jorge Rafael Videla… Sí, convicto. ¿Qué es usted sino un eso? Fue debidamente procesado y condenado por los delitos que co-comandó durante el que, junto con sus cómplices, militares y civiles, llamó Proceso de Reorganización Nacional.
Ya no es General. Fue degradado por lo hecho. Por haber enchastrado el honor de la institución militar que integró; aquella que supo de proezas y grandeza desde la gesta libertadora de nuestro país hasta que confundió su razón de existir; aquella que hoy, con nuevas generaciones descontaminadas de falso mesianismo, está llamada a rencontrarse con la Patria y a servir en misiones humanitarias y de paz. Igual que la Armada y la Aeronáutica.
Menos que menos puede llamárselo Señor. Usted, como muchos otros, no es merecedor de la calidad de respetable implícita en ese título. Y no se confunda, si lo trato de usted no es por respeto sino para marcarle distancia.
Lo adecuado es calificarlo también de subversivo, con igual desdén al suyo. Todos quienes han subvertido el orden institucional en nuestro país, incluido usted, lo son. Cargan con la deshonra de haber violentado nuestra Constitución Nacional.
Arrogancia supina la suya al decirse poseedor del “carácter, conocimiento, capacidad y prestigio para afrontar la situación que se vivía” porque “la mujer de Perón, desde luego, no estaba preparada para ser presidenta…”. Lejos estoy de defender a la ex presidente María Estela Martínez de Perón, a su gestión y a quienes la rodeaban, pero más lejos estoy de apoyar a quienes se atribuyen la potestad de reemplazar a un gobierno porque consideran que las cosas no están o no andan bien, o porque “la situación lo requiere”.
Usted y los sectores que le son afines -o al revés- serán los que piensan que cuando los gobiernos fracasan las soluciones políticas se deben arreglar con golpes de Estado. No le endilgue esa idiotez al pueblo. Respételo. El pueblo sufrió los golpes de Estado, del primero al último. El pueblo de las mayorías; el verdadero pueblo.
 La gente nos demandaba que interviniéramos”, no es justificativo. Aunque usted pudiera probar eso, fehacientemente, lo cual es imposible, igualmente no existe voluntad superior a la popular expresada en comicios para determinar quién el depositario del mandato de conducir el país. Guste o no guste que sea así, y guste o no guste la persona electa, su pensamiento y su gestión de gobierno. O todo junto.
Ni la guerrilla de los ’70, que no niego ni minimizo, justificaba quebrantar el orden institucional. Pero ella les sirvió de pretexto para implementar el más funesto plan del que fue víctima nuestra Nación; plan del que usted fue la primera cara visible del brazo ejecutor. Vergonzante.
El Gobierno desplazado había ordenado combatirla, como puede ordenarse hacerlo con la delincuencia o el narcotráfico, una epidemia o una plaga cuando es necesario. Pero el fin no justifica los medios, incluso cuando el primero esté expresado en términos confundibles -si existe intención de confundir y/o dejarse confundir- en algún Decreto como el de Italo Luder. Ese instrumento fue el subterfugio para descargar su odio e irracionalidad, invocando con desparpajo una guerra. ¡¿Qué guerra?! Además, ¿qué guerra justifica vandalismo, torturas, violaciones, ejecuciones y prisioneros tirados desde aviones al río o al mar?
Con igual descaro pone en duda la cantidad de secuestrados-desaparecidos ¿Qué más da que fueran 7000 ó 30000?
¿Y qué culpa tenían los niños y bebés que sustrajeron; que les sustrajeron a sus padres; que les sustrajeron su identidad? Los hijos no pagarán por sus padres. Resulta extraño que usted no recuerde ese pasaje bíblico diciéndose cristiano y habiéndose fotografiado en misas, comulgando, para mostrar cuan derechos y humanos éramos los argentinos. Por el mismo motivo resulta extraño tanta muerte, tanta perversidad.
Lo suyo es tan incongruente como hipócrita.
Las provocaciones que le publicó la revista Cambio 16 -no por casualidad ahora y en España-, confirman que usted justifica lo hecho. Seguramente volvería a hacer lo mismo si tuviera la oportunidad; y quizá aún peor, para garantizar la impunidad que esta vez terminó fallándoles.
Subversivo ahora convicto Jorge Rafael Videla, la carga que hoy soporta no es la venganza. Es el peso de la Justicia.