viernes, 29 de junio de 2012

GANANCIAS QUE SON PÉRDIDA

DANIEL PAZ & RUDY - Página 12 (29/jun/2012)
Otro tiro que le salió por la culata. Como paro nacional, fue un fracaso; y como movilización, pobre. El miércoles 27 funcionó todo, o casi. Y haber sumado entre todos mucha (¡pero mucha, eh!) menos gente que la cantidad de afiliados al gremio que comanda -es decir, a su caudal propio-, lo dice todo.
Desde la misma central obrera que lidera y pretende seguir liderando faltó adhesión, algo que Hugo Moyano buscó sumar desde un principio. Quedó demostrado que son pocos los que acompañan su política personalista y de poco diálogo -política llamativa de alguien que califica a la Presidente de soberbia-. Incluso desde algún sindicato le endilgan haber roto la unidad sindical que reclama.
Lo importante ahora es hacer “una lectura completa de lo que pasó esta última semana como para no equivocarse en los diagnósticos y hacer los análisis que correspondan”, como sugirió el Diputado Agustín Rossi.
Si con un paro se busca la forma de causar el mayor daño posible, como sucedió durante la semana previa, usándolo como elemento de presión en medio de una negociación salarial con la patronal con exigencias que exceden la misma y son resorte del Gobierno, lo que se está haciendo es extorsionar. Si como titular del gremio arregla inmediatamente muy por debajo del piso del cual aseguró que no accedería, cuando el Gobierno reaccionó rápido y a fondo, sin ambages, demostrándole que él no juega, lo que se está haciendo es poner en evidencia ese espíritu extorsivo. Si al levantar el paro inicial cuando queda al descubierto se convoca a uno nacional con la bandera de las exigencias que excedían a la negociación salarial, y a la vez se busca la adhesión de otros sindicatos y sectores, lo que se está haciendo es poner en evidencia que el móvil no es gremial. Eso hizo Hugo Moyano. Por eso el postPIEDRA LIBRE” terminó con la frase “No se trata de un juego, pero... ¡piedra libre, Moyano!”.
Mirando hacia atrás, detrás de la puja económica de Hugo Moyano con el Gobierno se camufla el rencor por los puestos no logrados en el armado de las Listas con las que el Frente para la Victoria se presentó en las elecciones de octubre 2011. Mirando hacia adelante, detrás de la puja económica con el Gobierno se enmascara una disputa política -¿o varias?-. A primera vista, la más cercana y visible, relativa a quién ha de conducir al movimiento obrero durante los próximos años.
Hacer paro no es destituyente, dependiendo de la intencionalidad. Tener ambiciones políticas tampoco es destituyente, dependiendo de cómo se canalizan. Y hacer política tampoco es destituyente, dependiendo de cómo, en qué circunstancias y junto a quienes.
Hoy, decir que Hugo Moyano es la punta de lanza de la batalla desestabilizadora que impulsan algunos sectores junto con las grandes empresas mediáticas, transformando atendibles reivindicaciones en armas de combate para debilitar al gobierno, no parece desacertado. Alguno podrá dudar que quiera serlo, pero que resulta siéndolo es innegable. En los últimos meses todos sus movimientos van en ese sentido: desafiar al Gobierno desde la casa de uno de los peores enemigos de éste, acusar al Gobierno -¡precisamente a éste!- de pretender quedarse con el dinero de los trabajadores, lanzar golpes bajos a la Presidente y al ex Presidente Néstor Kirchner, compartir escenario y foto con los representantes políticos y no políticos de la derecha más rancia y de esa izquierda del no sé de qué se trata pero me opongo... Y el “vamos por ellos” que lanzó ante las cámaras su brazo derecho en el sindicato, Pablo Moyano, su hijo, lamentable… Quizás por todo eso varios gremios se sumaron al reclamo pero pocos lo acompañaron en la movilización.
Hugo Moyano no se olvidó de nada para destruir los puentes con el Gobierno. Además de su aislamiento mostró cuán deteriorada esta su capacidad política. No sucede lo mismo con su capacidad de daño, que lo convierte en un elemento logístico interesante para quien en un futuro se proponga enfrentar en las urnas al kirchnerismo. Por eso habrá que ver qué dispuesto está el Gobierno a tenderle él algún puente, abrir canales de negociación.

Eso sí, abundó el oportunismo político: 31 proyectos para la modificación del Impuesto a las Ganancias. Una oposición siempre alerta a cualquier oportunidad que la rescate de esa condición de Nada que la mantiene atrapada.

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