martes, 5 de junio de 2012

EN CÓDIGO VERDE

“Asistimos a un doble chantaje: el de los operadores del “mercado” y, sobre todo, la presión de las corporaciones periodísticas opositoras”, escribió recientemente Eduardo Aliverti -coincido-, refiriéndose al tema que, desde fines de mayo, resulta predominante, sobre todo en el microclima de la clase media y media-alta de Buenos Aires: el dólar estadounidense. El oficial y el bautizado blue.
Blue, aquel mercado en el que se mueven aquellos que no pueden o no quieren justificar los fondos con los que transan. Blue, aquel dólar que la hipocresía no desaprueba a pesar de su condición ilegal; hipocresía porque quienes agitan fantasmas, lo instalan en la tapa de los diarios ¡¿…?!, y lo comercializan son quienes se “indignan” con la falta de seguridad y de justicia, la corrupción, la pobreza, etc., etc. Blue, aquel cuyo precio creció al compás de cierta histeria generada en algunos (los ingenuos, los distraídos y los ignorantes) por el graznido de los cuervos pro-devaluación que, aprovechando esa cultura de la sociedad de pensar en código verde, apuestan a torcer el brazo de un Gobierno que no se somete y les recorta privilegios. Cultura que es memoria histórica: “el Rodrigazo”, que hizo estragos apenas comenzado el año 1975; “El que apuesta al dólar pierde”, la frase de Lorenzo Sigaut, ya en 1981, previo a la fuerte devaluación; el Plan Bonex de Erman González, el canje compulsivo de los depósitos por títulos públicos "Bonex 89" implementado el 28 de diciembre (Día del Inocente) de1989; “Quien depositó dólares recibirá dólares”, de Eduardo Duhalde, cuando ya la paciencia había estallado con el “corralito” del gobierno de Fernando De la Rua y todo había volado por el aire… Yantas veces perdió la gente... Y la memoria histórica, alimentada por los medios, disparó la alarma cuando la AFIP abruptamente decidió impedir la compra de la moneda extranjera, sin importar monto ni capacidad patrimonial del comprador.
Y “los muchachos” tratando de forzar una atmósfera que favorezca a sus intereses… Buscan la revancha al intento frustrado de provocar una corrida cambiaria en noviembre pasado.
En esta ocasión la situación es distinta. Alejandro Rofman, economista, miembro del Plan Fénix, es claro al defender la medida. El Gobierno “ha establecido medidas preventivas ante la eventualidad de futuros desastres económico-financieros internacionales y ha avanzado en fortalecer nuestra posición en el stock y el flujo hacia el Banco Central de las divisas que no producimos … Evitar que se malgasten los dólares en actos ilícitos o en erogaciones superfluas nos está garantizando nuestra capacidad de supervivencia”, explica. Al igual que otros que lo complementan, un argumento perfectamente atendible por todo aquel que adhiere al modelo de desarrollo económico-social en construcción, algo que no impide la crítica hacia la política comunicacional del Gobierno -deficiente en varios frentes, en contraposición a todos sus aciertos- y cierta incontinencia verbal que tanto resta.
No es conveniente subestimar la capacidad de los medios concentrados, los sectores financiero y de exportación y la patronal del campo. Esta última viene marchando nuevamente. Todo un capítulo aparte.
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Y si de pensar en código verde se trata, ¿qué fecha más propicia que ésta…? Obviamente desde otro lugar… Desde 1973, por Resolución N° 2994 (15/dic/1972) de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), cada 5 de junio se celebra el Día Mundial del Medio Ambiente, con miras a hacer más profunda la conciencia universal de la necesidad de proteger y mejorar el medio ambiente. Pero en verdad, si miramos en rededor, llegamos a la conclusión que poco se ha hecho y se hace al respecto. Ni por corregir ni por prevenir. Mayoritariamente más declamaciones que acciones concretas y efectivas. Y la tierra sufre y resiste como puede; sus criaturas también. Lamentable.
Me pregunto cómo pretender respeto del hombre hacia la atmósfera, el suelo, los ríos y mares y los animales, cuando es incapaz de respetar a sus semejantes. Incluso respetarse a sí mismo. Se ve a diario.
En OTRAS VOCES encontrarán “Sólo una voz”, un poema de Juan Grau. Denuncia al hombre, homenaje a una nueva conciencia.

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