martes, 1 de mayo de 2012

1 Y 2 DE MAYO


Al tándem de celebraciones y conmemoraciones de fines de abril le sigue el de los primeros días del mes que hoy comienza.

Monumento CANTO AL TRABAJO,
del escultor argentino Rogelio Yrurtia

"...salen de sus celdas. Se dan la mano, sonríen. Les leen la sentencia, les sujetan las manos por la espalda con esposas plateadas, les ciñen los brazos al cuerpo con una faja de cuero y les ponen una mortaja blanca como la túnica de los catecúmenos cristianos... abajo la concurrencia sentada en hilera de sillas delante del cadalso como en un teatro... plegaria es el rostro de (August) Spies (alemán, 31 años, periodista), firmeza el de (Adolph) Fischer (alemán, 30 años, periodista), orgullo el del (Albert) Parsons (estadounidense, 39 años, periodista), (Georg) Engel (alemán, 50 años, tipógrafo) hace un chiste a propósito de su capucha, Spies grita que la voz que vais a sofocar será más poderosa en el futuro que cuantas palabras pudiera yo decir ahora... los encapuchan, luego una seña, un ruido, la trampa cede, los cuatro cuerpos cuelgan y se balancean en una danza espantable...". Así relató José Martí, como corresponsal en Chicago del periódico argentino “La Nación”, el que puede considerarse bautismo de fuego de la lucha por la reivindicación de los trabajadores como tales frente a la clase poseedora de los medios de producción.
La ejecución obedeció a uno de los procesos judiciales más vituperables del que tenga memoria la humanidad, una farsa del principio al fin en la que se violaron todas las normas procesales de forma y de fondo. Fue un juicio político-ideológico en respuesta a la huelga que más de 200.000 trabajadores, en su mayoría inmigrantes, protagonizaron el 1°de mayo de 1886 obedeciendo la resolución del 4° Congreso de la Federación Norteamericana de Trabajo; huelga que costó la vida de un número indeterminado de laborantes y miles de heridos de balas, torturados, detenidos y despedidos; huelga descalificada desde los medios de prensa, como desde el principio lo hizo con el movimiento obrero organizado que ya en 1829 luchaba por la limitación legal de la jornada de trabajo a ocho horas.
En 1889, finalmente se acordó celebrar el Día del Trabajador el 1º de mayo de cada año, a partir de 1890, para perpetuar la memoria de esos hechos; hoy, una celebración mundial, un día de fiesta por los logros desde entonces.
Las conquistas de los pueblos van dejando mojones a lo largo de la historia. A veces coincidiendo en periodicidad y otras veces en fecha, aún cuando la naturaleza de esas conquistas difieran.
Preámbulo original de la Constitución de la Nación Argentina
A los ejecutados en 1886 se los recuerda como los Mártires de Chicago; cuarenta años después, la historia de la lucha obrera generó otros dos: los Mártires de Boston, Nicola Sacco y Bartolomeo Vanzetti (popularmente conocidos como Sacco y Vanzetti). En nuestro país también transcurrieron cuatro décadas entre la chispa de nuestra independencia y el establecimiento de nuestras bases como Estado soberano, la Revolución de Mayo y la sanción de la primera Constitución Nacional; último hecho que, también, ocurrió un 1° de mayo, día que fue declarado Día de la Constitución Nacional por Ley 25863, sancionada el 4 de diciembre de 2003.
De nuestra Carta Magna, hagamos memoria: el 31 de mayo de 1852, en la ciudad de San Nicolás de los Arroyos, se celebró una reunión con el objetivo de fijar las pautas para un futuro Congreso Constituyente; reunión que derivó en la firma de un acuerdo, que se lo recuerda con el nombre de "Acuerdo de San Nicolás"; acuerdo que fue ratificado por trece provincias, exceptuando a Buenos Aires. El 1º de mayo de 1853 los diputados de esas provincias, reunidos en Santa Fe, sancionaron la Constitución Nacional; y el 5 de marzo de 1854, Justo José de Urquiza y Salvador María del Carril, presidente y vicepresidente electos de la Confederación Argentina, prestaron juramento ante el Congreso.

A diferencia del festejo implícito en estas dos recordaciones, el 2 de mayo nos trae a la memoria un hecho lamentable: el hundimiento del Crucero A.R.A. General Belgrano, en 1982, en el que 323 almas, víctimas de la guerra infame de dos gobiernos que se caían a pedazos, encontraron en nuestros mares del sur su morada definitiva.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario