martes, 8 de mayo de 2012

HABEMUS PETROLERA DE BANDERA

El Proyecto de Ley que el 16 de abril pasado la Presidente anunció que enviaría al Senado de la Nación, ya dejó de ser proyecto. La recuperación del control de la empresa YPF es ley. Fue sancionada, promulgada y publicada en el Boletín Oficial, como corresponde.
La principal iniciativa de reparación de los efectos devastadores de la re-estructuración neoliberal de los noventa -como la definió el periodista Alfredo Zaiat-, fue aprobada por abrumadora mayoría: 63 votos positivos contra 3 negativos y 4 abstenciones, en la Cámara de Senadores, y 208 votos positivos contra 32 negativos y 5 abstenciones, en la de los representantes del pueblo.
Nunca visto que una medida de la era K lograra tanto consenso. Lo sucedido en la Cámara baja con otras leyes de la misma naturaleza, lo confirma: la re-estatización de Aerolíneas Argentinas (agosto de 2008) arrojó 167 votos a favor y 79 en contra y la estatización de las AFJP (noviembre de 2008) cosechó 162 votos a favor y 75 votos en contra. Incluso sucedió lo mismo con otras memorables medidas de sello kirchnerista: la anulación de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final (agosto de 2003) fue aprobada por unanimidad de los presentes: 176 votos; o la Ley de Medios Audiovisuales (septiembre de 2009), que obtuvo 147 votos a favor, 4 en contra y 1 abstención.
Esta vez coincidieron el 86% de quienes tuvieron que tomar la decisión. Un consenso para celebrar. Conciencia por sobre los medios… y los miedos, que cierta prensa intentó instalar. Conciencia a pesar de algunos medios…; esos que reclaman consenso, que encuentran en su ausencia un motivo para horadar y cuando lo hay, si es contrario a su ideología o a sus intereses, se molestan y lo deslustran. La alusión es a medios de fronteras hacia adentro, obviamente; de fronteras hacia adentro pero que miran y admiran lo de afuera, incapaces de reconocer su pertenencia y aceptarse. Aquellos que se fastidian con quienes lo hacen, se incomodan con la autoestima de las mayorías cuando asoma, y entonces juegan su juego cínico con los hechos y los argumentos. Y hieren con las palabras.
Sea como fuere, pasaron quince días de adrenalina pura. YPF ya está entre nosotros. No porque la emoción haya prevalecido sobre la razón ni por patrioterismo, argumentos con los que pretendieron avergonzar los enemigos de lo nacional y lo público. Aunque todavía queden varias preguntas flotando, como se dijo en el postY PÉGUELE FUERTE” el “qué” y su “por qué” resultan perfectamente claros, excepto para quienes no quieren verlos y para quienes quieren que no se vean.
No importa conocer qué gringo me compra sino saber qué criollo me vende”, dijo el libertador José de San Martín. De los herederos de la pluma de Mitre no es de extrañar su coherencia. Para comprender sólo hace falta ver qué hizo éste en el poder y leer lo que escribió de aquel; y de Manuel Belgrano. Más contradictorio resulta del que fuera refugio de las huestes del autor de “Petróleo y política”; comando desde donde se irradiaban las ideas desarrollistas de Arturo Frondizi.
Ahora es momento de recomponer y hacer por parte de quienes tienen la responsabilidad de hacer. En nuestro caso, con más tranquilidad, momento de repasar los hechos para comprender cabalmente, sin el exitismo que nos caracteriza a los argentinos, la significación de, quizás, la decisión de mayor densidad nacional que haya sido tomada desde el año 2003.

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