martes, 13 de agosto de 2013

ETAPA CUMPLIDA

Se alcanzó la primera y única posta. El testigo ya está manos de quienes de precandidatos pasan a ser candidatos.
La primera etapa de la contienda electoral de medio término dejó tantas interpretaciones como analistas, comentaristas y “opinadores” se prestaron a hacerlas según sus legítimos entenderes o sus respectivos intereses, pero la más prudente e inequívoca de las conclusiones es que “esto recién empieza”.
Lo que más importa a este espacio en esta instancia es lo que las elecciones primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO) dejaron al conjunto de la sociedad, independientemente de cual sea la preferencia ideológica de cada ciudadano. En esta ocasión dejemos otro tipo de lecturas a los ríos de tinta que ya corrieron y seguirán haciéndolo.
Como bien advierte el periodista Washington Uranga, “desde distintos lugares y haciendo cálculos diferentes, la gran mayoría de los participantes se consideran “ganadores” en algún sentido”. Cada uno con su cuota de razón, mostrando el costado de la situación que le es más favorable. En fin, llevando agua para su molino. Y no faltan los desubicados que ya se creen Gobierno, como ocurrió en el 2009, olvidando que los comicios del domingo fueron el puntapié inicial de lo que serán nada más que elecciones legislativas.
Pero lo importante es que la ganadora indiscutida es la ciudadanía; e, indudablemente, el país. Treinta años de ejercicio democrático sin interrupciones.
No cabe dudas que una vez más las profecías apocalípticas no se cumplieron. Como en tantas otras oportunidades respecto de muchas otras cuestiones. No hubo inconvenientes con el nuevo sistema (nuevos y variedad de documentos de identidad, troquel en vez de sello), no hubo incidentes, no hubo fraude… Tampoco alienígenas que bajaran del cielo a invadirnos ni llevarse gente con quien sabe qué intenciones (a la hora de inventar por qué no mostrarse tan ridículos como los falsos profetas de siempre).
Lo que se vio fue miles y miles de jóvenes (1) estrenando ampliación de derechos. Igual que los casi 3.000 ciudadanos con su identidad autopercibida ahora reconocida. Y si se quiere una nota de color, aunque esta implique desplazar un poco el foco: 86 personas que tenían pedidos de captura fueron detenidas cuando concurrieron a las urnas; de los 85 apresadas en territorio bonaerense, 28 fueron por homicidio, 12 por violación, 21 por robo calificado y el resto por otros delitos.
Si en esta instancia dejamos a los demás otro tipo de lecturas, resultaría saludable que entre esos “demás” se encuentre cada una de las fuerzas que continuarán compitiendo; y que lo hagan con la seriedad que corresponde, puertas adentro, tanto para mejorar su performance de cara a octubre -algo legítimo- como para elevar su estatura de dirigentes. Esto último redundaría en respeto al electorado. La campaña de las PASO no fue lo que se supone debiera  ser. Comenzando por el hecho que estuvo mayoritariamente caracterizada por un exceso de promesas abstractas. Fue altamente deficitaria en propuestas concretas. Ni hablar de contundentes.
También sería ideal terminar con lo que Leandro Querido define como “ventajismo político”. Las prácticas que, según más o menos sus propias palabras, siguen lesionando los derechos políticos de la ciudadanía. Nuestra historia da cuenta que existió desde siempre; y la crónica reciente, que esta vez no fue tan distinto a pesar de la Ley de Democratización de la Representación Política, la Transparencia y la Equidad Electoral sancionada en 2009. El politólogo escribió: “por un lado el oficialismo desconoce la normativa electoral y todo acto de gestión se transforma en un acto político para promocionar los candidatos del gobierno, por el otro, la oposición para contrarrestar esta situación comienza la campaña mucho antes de los permitido”. ¿Cómo refutarlo sin caer en la necedad? Aunque esto no es comparable en nada con lo que sucedía antaño; y también sería de necios no reconocer que desde algún lugar existen claras intenciones de atentar contra la continuidad de estos 30 años de democracia. De arrebatárnosla. Entonces, ese detalle de la campaña es menor. Rasgarse las vestiduras por ello sería pecar de extremada pureza. 
Y quedan otras cosas en el tintero del ventajismo político. Pero son cuestiones que ya corresponden a un horizonte más lejano. Centremos la atención en el próximo 27 de octubre.


(1) Los jóvenes de 16 y 17 años habilitados para votar superaron la cantidad de 600.000. Concurrieron en una proporción mayor al promedio general, que fue de casi el 77 %, significando poco menos del 2 % del Padrón Electoral (30,5 mill). Por un lado, un éxito el grado de respuesta; por otro, contrariamente a la torpeza en la que pocos legisladores no oficialistas se privaron de incurrir cuando se discutió la ley del caso, un peso porcentual con el que no puede inclinarse el resultado de una elección; es decir, ninguna “amenaza”.
  

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