viernes, 1 de marzo de 2013

¡LARGARON...!

1° de marzo. Hoy la presidente Cristina Fernández de Kirchner inauguró el 131° período legislativo. No para terminar con ninguna siesta veraniega, como podría pensar o decir por ahí algún distraído cuyo reloj atrasa, porque no existió tal.
¡Largaron!, es una forma de decir. Si hay algo de lo que nos privó el país durante los últimos meses fue de la característica escasez de acontecimientos políticos, propia de una y dos décadas atrás cuando acostumbraba a funcionar en calendario escolar. Por aquí hubo de todo, aunque algunos no se hayan enterado o no hayan querido hacerlo.
Fueron tantos los temas que durante el presente estío formaron parte de la vida argentina, que algunos aparecen lejanos en nuestra memoria. Aunque no por ello no relevantes. El regreso de la fragata Libertad; la insistencia inglesa en militarizar las Malvinas; el creciente apoyo internacional al reclamo argentino sobre las islas; el otro atropello británico que pretende denominar “tierra de la reina Isabel” al sector antártico; el reclamo de los fondos buitres y la Corte de Nueva York…
Y la renuncia del Papa Benedicto XVI, que no nos pasa de costado…
Entre los más recientes, el más polémico de los asuntos fue el memorando de entendimiento que se firmó en Etiopía con la República Islámica de Irán el 27 de enero, para que sean interrogados los funcionarios iraníes acusados de participar en el atentado a la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) de 1994; es decir, con la intención de reactivar la investigación judicial empantanada desde el año 2006 según lo manifestaron desde el Poder Ejecutivo y en el Parlamento tanto el kirchnerismo como sus aliados. Un acuerdo que levantó polvaredas desde el mismo momento en que se dio a conocer, motivó el llamado a sesiones extraordinarias para la aprobación -condición  explicitada en el documento- que logró ajustadamente en ambas Cámaras y en la madrugada de ayer tuvo su ley que ya fue promulgada.
La bien o mal llamada democratización de la Justicia ha sido otro de los temas de mayor densidad política. Y el más prenunciado, porque la acumulación de ominosos antecedentes venía poniendo en boca de todos la necesidad de nuevos vientos. De hecho, en varias oportunidades este espacio calificó de gangrenosa a la Justicia argentina. También de hecho, no por nada Cristina Fernández de Kirchner disparó a fin de 2012 el llamamiento a hacer algo al respecto y el tema, desde entonces una constante en los mensajes de la Presidente, hoy tuvo un espacio sustancial en su discurso ante el Congreso de la Nación.
Si de producir un giro en el sistema se trata, ayer concluyeron las jornadas de debates convocadas por el movimiento judicial bautizado como “Justicia legítima”; movimiento que es consecuencia del cisma en el seno del Poder Judicial. Ochocientas almas debatiendo en la Biblioteca Nacional en lo que, segura y fácticamente -amén-, resultará ser el puntapié inicial de ajustes y cambios que el sistema judicial, aún a los ojos del vulgo, evidencia necesitar.
Mientras el “qué”, el “cómo” y el “cuándo” se van analizando, discutiendo, legislando e implementando, seguramente seguiremos soportando las flaquezas, trampas y vicios del sistema actual. Diciembre, enero y febrero nos mostraron y demostraron una vez más que pretender hacer cumplir una ley, cobrar impuestos o retrotraer un acto ilícito, evidentemente molesta a los poderes fácticos y el Judicial los ampara descaradamente (1).
No menos relevante fue la baja calidad del discurso de la oposición. El periodista Jorge Dorio fue claro en una de sus notas recientes: “con honrosas excepciones, han mostrado (los distintos casos) un perfil de la oposición signado por la inmadurez, la mezquindad, la obnubilación del corto plazo y, de manera más alarmante, la pérdida de una perspectiva nacional sacrificada por la obsesión por obtener algún rédito inmediato al enfrentarse al oficialismo”. Pero a eso lamentablemente nos han acostumbrado.
Va a ser un año difícil.

(1) Son ejemplo: la reproducción de cautelares a favor del Grupo dominante de multimedios Clarín que desde hace más de tres años le permiten eludir el cumplimiento de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual (LSCA); la cautelar in eternum que impide, desde hace 10 años, que la  Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) pueda cobrarle a otro medio de comunicación (La Nación) una deuda que hoy asciende a casi tres centenas de millones de pesos en concepto de impuestos e intereses; la cautelar que frenó la revocación de la venta del Predio Ferial de Palermo a la Sociedad Rural Argentina (SRA), a pesar de haber quedado demostrado que la operación fue realizada violando legislación vigente y a precio vil.

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