viernes, 12 de abril de 2013

TORMENTAS DE ABRIL

No sólo las inclemencias climatológicas azotan a la Argentina por estos días. Otro tipo de tormentas vienen batiéndose sobre nuestra sociedad. La bautizada “democratización de la Justicia” es la más visible, porque ha provocado recientemente el recrudecimiento de la pugna entre los que trabajan por un país distinto, mejor, y los que no.
Entre los primeros, un Gobierno afecto a las transformaciones profundas, y decidido a llevarlas adelante; heterodoxo. Entre los otros…, ya se sabe.
Cualquier observador de la realidad nacional, medianamente atento, podía preverla desde hace mucho. Demasiados antecedentes venían poniendo en boca de todos la necesidad de nuevos vientos; antecedentes de distinta índole en diferentes fueros y jurisdicciones, algunos execrables como el fallo del Tribunal tucumano que llevó adelante el juicio por el secuestro y desaparición de Marita Verón, por nombrar sólo el que provocó que Cristina Fernández de Kirchner anunciara en diciembre: “Hay que democratizar el Poder Judicial”. Con esas seis palabras la Presidente lanzó el reto inicial; y continuó insistiendo con ello en un inconfundible mensaje cuando inauguró el último período legislativo. “Tenemos que hacer una profunda democratización y para eso vamos a proponer una serie de leyes que van a ser sometidas a consideración, obviamente, de este Parlamento, durante el mes de marzo”, anticipó en esa oportunidad.
Cumplió. Seis fueron las palabras de su primera consigna; seis los Proyectos de ley que al comenzar esta semana envió al Congreso de la Nación. Seis propuestas en las que no viene al caso ahondar, ni este espacio está en condiciones de opinar –sólo decir que, en términos generales, parecen tan necesarias como apreciables-.
Y se desató la tempestad. La oposición y sus mandantes, el poder fáctico que se sabe acorralado, enardecidos. En vez de dar debate (que viven pidiendo), se abroquelan en el NO. Lejos de desbrozar, fieles a su estilo confunden. A ellos, la permanente pérdida de privilegios y el empoderamiento popular ya les causa un escozor insoportable. Resulta peligroso...
Para explicar la necesidad de la reforma, el presidente de la Comisión de Asuntos Constitucionales de la Cámara de Senadores, Marcelo Fuentes, aseguró: "Cada vez que se limitan privilegios, se afectan intereses. Antes, el correctivo era el golpe militar. Ahora, la Justicia es la prolongación de la política por otros medios; se quiere gobernar con las sentencias”. En el otro extremo, la diputada petardista Elisa Carrió considera que el proyecto de reforma judicial que la Presidente mandó al Congreso Nacional es un acto de “golpismo que lleva adelante el Gobierno con la intención de suprimir las instituciones, en la misma línea que el golpe de 1976” (¿¡…!?); y, consecuente, no se privó de hacer un llamamiento “a todo el pueblo argentino” a sumarse a la marcha que para el jueves 18 están convocando los cacerolos. ¡Otra vez sopa!
Pero, por otro lado, si de producir un giro en el sistema se trata, no debieran pasarse por alto las jornadas de debates convocadas por el movimiento bautizado como “Justicia legítima”; movimiento que es consecuencia del cisma en el seno del Poder Judicial. Aunque los medios de comunicación opositores lo traten de invisibilizar. Contrariamente a la oposición y sus mandantes, ochocientas almas debatieron durante dos días en la Biblioteca Nacional, a fines de febrero; y hoy mismo comenzó un segundo encuentro en la Universidad Nacional del Centro, con sede en Tandil. Magistrados, juristas, fiscales, abogados y otros miembros del Poder Judicial debatiendo en lo que, segura y fácticamente -amén-, resultará ser (debiera serlo) un aporte valioso a los ajustes y cambios que el sistema judicial, aún a los ojos del vulgo, evidencia necesitar.
Seguramente la tormenta durará. No habrá tregua y se sucederán otras; o superpondrán. Tal vez una, muy próxima, sea la Reforma, Actualización y Unificación de los Códigos Civil y Comercial, -aunque respondiendo a otras necesidades, pariente de esto que se ha dado en llamar democratización de la Justicia-, sobre la que vienen trabajando desde principios de agosto y, según la diputada Diana Conti, vicepresidenta primera de la Comisión Bicameral integrada con ese objeto, a fines de este mes el bloque oficialista estaría en condiciones de presentar una propuesta de dictamen. Se pretende uno definitivo para el mes de mayo. ¿Tormenta en puerta?


125, un número sugestivo... Nos recuerda la Resolución Nro 125; aquella que originó el conflicto con las patronales del campo... En una asamblea de ruralistas, con las autoridades de la autodenominada Mesa de Enlace presentes, refiriéndose al Gobierno esta semana se sostuvo: "Lo más peligroso es el tema judicial y la reforma de la constitución, esta gente no quiere la reelección, sino cambiarle el espíritu para que entre el chavismo, el marxismo y ese maldito progresismo que no se sabe qué es". Y se agregó "hay muchos métodos psiclógicos y de acción directa que se pueden implementar para destituir y hacer desaparecer a toda esta gente" (¿¡…!?)

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