miércoles, 29 de mayo de 2013

HABLEMOS CLARO



Tres manzanas más dos manzanas suman cinco manzanas. Sencillo y claro. Tanto como las circunstancias demandan que seamos y hablemos.
Es lo que se necesita en estos momentos en los que para algunos pareciera primar el “todo vale”, incluido el rompimiento de reglas elementales de convivencia democrática. ¿Más clarito y duro aún? En momentos como estos en los que ha quedado evidenciado que hay quienes no tienen ningún prurito en llevarse puestas las instituciones, como se dijo en el post anterior. Afirmación que no pocos acontecimientos, por su gravedad, inhabilitan que sea considerada tremendista o paranoica.
Nada mejor que un salpicado de casos para ejemplificar.
¿Qué debe interpretarse acaso cuando, porque se está en desacuerdo con algún proyecto próximo a convertirse en ley, con micrófono delante se convoca a la población a impedir que alguno de los poderes del Estado -en este caso, el legislativo- pueda cumplir su rol?
¿Cómo debe interpretarse acaso la pretensión de forzar la implementación inmediata de una medida sin prever ninguna fuente de financiamiento sustentable, con el fin de generar un descalabro en el sistema previsional y/o desfinanciar otras conquistas, alcanzadas o en gatera, en favor de los más vulnerables?
¿Cómo debe interpretarse acaso la pretensión de avanzar con “obras”, violentando expresas disposiciones judiciales al respecto, en una zona protegida por ley donde funciona un establecimiento psicoasistencial, reprimiendo sin ton ni son a enfermos, médicos, periodistas y legisladores, salvajemente, como no se veía desde aquel 20 de diciembre de 2001 en el que las calles de la ciudad fueron sembradas de muerte con una treintena de cuerpos?
¿Qué debe interpretarse acaso cuando se convoca desde el sitio oficial de un partido político a la evasión tributaria, “aunque el gobierno la repute como criminal”, aclarando que “cada peso y cada dólar que se conserve podrá ser invertido eficientemente en el momento de la redención republicana, que está más cerca que lejos”? ¡E indicar cómo!, haciendo un llamamiento a acaparar granos -el campo siempre en el medio-, realizar contrabando, subfacturar exportaciones, retener divisas en el extranjero sin liquidar las correspondientes a exportaciones ni declarar las resultantes de otras actividades productivas fuera del conocimiento de la “organización hitleriana” Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP). (Lo puesto en letra cursiva es copia textual de la incitación al delito de la que se está hablando).
¿Cómo debe interpretarse acaso la pretensión de legislar por Decreto en un distrito, arrogándose la potestad de someter leyes nacionales y la misma Constitución Nacional al capricho de claros intereses sectoriales, so pretexto de estar defendiendo los del conjunto de la población? ¿Cómo debe interpretarse acaso la acción de decretar en un distrito, con estólido argumento, en evidente y descarada defensa  de esos mismos intereses sectoriales, la clausura de obras que han cumplido con todos los requisitos formales previos para ser realizadas; obras concretadas por el Gobierno nacional, ya en funcionamiento; obras que forman parte y atienden un proyecto -comunicacional, en este caso- puesto en marcha en todo el territorio? ¿Cómo deben interpretarse acaso estos hechos, cuando, además, los intereses que se defienden son enemigos declarados del Gobierno nacional -y del pueblo-; enemigos deseosos de repetir en las elecciones de este año la victoria lograda sobre el kirchnerismo en 2009 luego del embate de otros enemigos del Gobierno a los que también les molesta el proyecto de transformación? Las patronales del campo.
Y ya que hacemos mención a ese pasado…  ¿Cómo debe interpretarse acaso aquella quema de campos, los cortes de ruta durante meses, el intento de desabastecimiento o el derramamiento de miles y miles de litros leche? ¿Cómo debe interpretarse acaso la amenaza de un remake de aquello -con pseudotoma de instalaciones y arenga incluida- cuando un gobernador quiso actualizar mínimamente el irrisorio impuesto a la tierra?
¿Qué mensaje lleva aparejado cualquiera de esos casos, que, como tantos otros omitidos por cuestión de espacio, no son abstracciones, tienen nombres y apellidos? ¿Y qué otra intención sino la de la desestabilización?
Entonces…, tres manzanas más dos manzanas suman cinco manzanas. ¡Hablemos claro!

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