martes, 4 de diciembre de 2012

TIEMPO DE DESCUENTO

La frontera a la que se refirió la semana pasada el intendente de Río Gallegos, Raúl Cantín, “la que debemos atravesar para vivir en un país más democrático”, según sus palabras, está ahí, al alcance de la mano. A sólo 3 días. Es la que hace unos meses trazó la Corte Suprema de Justicia poniéndole fin a la dilación con la que el desquiciado (1) Grupo dominante de multimedios Clarín venía evitando ajustarse a lo establecido por la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual (LSCA) -valiéndose de la complicidad de esa parte de la Justicia gangrenosa a la que hicimos refererencia en alguna oportunidad-, ganando tiempo para que se declare inconstitucional parte del articulado, como intenta, y con ello continuar siendo dueño del discurso hegemónico, de un pingüe negocio (2) y del poder al que ambas cosas lo acostumbraron; poder que alguien comparó con el que antiguamente tuvieron las Fuerzas Armadas del país y la región, para condicionar gobiernos democráticos.
El 7D es una frontera que ha acaparado la atención en general debido a la pulseada político-judicial-mediática que tiene como protagonistas al Gobierno y al Grupo de presencia dominante en la prensa escrita, TV, cable y radio, desde donde sus periodistas se repiten de manera incansable con idénticas palabras y no siempre -en algunos asuntos cada vez menos- con la verdad; pulseada que viene de lejos, encrudeciendo con el tiempo y las sucesivas movidas de las respectivas fichas en el tablero; pulseada a cuyo servicio el Grupo ha puesto toda su influencia, su capacidad de lobby y su estructura; pulseada a la que, a su vez, el Gobierno no le ha escatimado fuerza para lograr que de una vez por todas se democratice la palabra y producir el cambio cultural que nos propone con la ley que sancionó por amplia mayoría el Poder Legislativo hace ya más de tres años.
Argentina tiene una ley de avanzada. Es un modelo para todo el continente y para otras regiones del mundo”, afirmó en su visita de octubre Frank La Rue, relator especial de la Organización de Naciones Unidas (ONU) para la Libertad de Opinión y de Expresión. Pero, al parecer, el desquiciado (1) Grupo dominante de multimedios Clarín no opina lo mismo.
A pesar de esa saga que domina la atención de quienes somos ciudadanos comunes, el 7D no es exclusivamente para Clarín ni será una fecha en el que todo cambie mágicamente. Otros conglomerados mediáticos también tendrán que adaptarse (3), por lo que al llegar la medianoche de ese día se corroborará cuántos de ellos presentaron un aceptable programa de adecuación a los topes de licencias que marca la normativa. Es decir, el 7D es un punto de partida. Muy importante, pero punto de partida al fin; y ya estamos metidos de cabeza en tiempo de descuento.
Ese punto de partida tampoco implicará “volver a la normalidad”. Es de prever que el Grupo Clarín no dejará de insistir -y habrá que ver si otros no se incorporarán a la resistencia-, como que tampoco lo hará en los escasos días que restan. El Ministro de Justicia y Derechos Humanos, Julio César Alak, arriesgó que esta sería una semana de infamias, de las peores quizás. Que debía esperarse cualquier cosa del Grupo. Hasta el momento nada sucedió, pero la denuncia penal que presentaron la semana anterior contra periodistas y funcionarios nos demostró que la desesperación los puede conducir a hacer cualquier cosa y su prepotencia les impide hacer algo por moderar la primera. A no confiarse.
Mientras tanto, el kirchnerismo se apresta a recuperar la calle el próximo domingo para celebrar el Día Internacional de los Derechos Humanos, los 29 años de democracia y el primer año de la reasunción de Cristina Fernández de Kirchner. Y la primera gran derrota de Clarín, aunque no lo digan en voz alta.

‘(1) El mote de “desquiciado” es el que este espacio le asigna al Grupo de multimedios Clarín a partir de su denuncia penal contra periodistas por opinar distinto a su gusto.
‘(2) Cablevisión, a través de las 158 licencias de televisión por cable que hoy controla (debería desprenderse de 134), le aporta el 60% de los 6.700 mill de dólares anuales que factura el Grupo de multimedios Clarín
‘(3) De acuerdo a la LSCA deberán ponerse en venta más de 330 medios en la Argentina. Son licencias y frecuencias de radios AM y FM, canales de TV paga y abierta, y servicios de suscripción por abono, que actualmente pertenecen a 21 Grupos periodísticos y que deben encontrar un nuevo dueño.

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