martes, 10 de abril de 2012

CELEBREMOS, VIENEN MARCHANDO

Es notorio que para determinados sectores de la sociedad el enemigo es “el modelo”. Ese modelo que le devuelve al Estado el rol que le fuera despojado; ese modelo que, ahora en etapa de sintonía fina, como lo definió la Presidente, va revelándose pérdida de privilegios; ese modelo de Nación que Cristina Fernández va conformando con el aval popular, en beneficio del país y del conjunto, aunque no guste a quienes vislumbran en el poniente sus gracias.
Pero si hay alguien al que disgusta en demasía el curso de los acontecimientos ese alguien son las corporaciones mediáticas dominantes, que poco después del revés de las elecciones de octubre de 2011 volvieron a la carga para desgastar al Gobierno. Con esfuerzos redoblados y voltaje político desestabilizador, excediendo el terreno periodístico, colonizando facultades que no le competen y tirando a la basura los manuales de la profesión.
En defensa de sus propios intereses anejo su condición de portavoz y/o representantes de otras corporaciones -pero principalmente lo primero-, no escatiman “operaciones” de prensa en las que priman los intereses privados por sobre la labor periodística y el interés común. Hasta el absurdo; absurdo que es insulto a la inteligencia de lectores, oyentes y teleaudiencia.
Es que el tiempo los apremia. Ese “Vienen por todo” que esgrimen ante la sociedad, en realidad, puertas adentro, se traduce en “Vienen por los civiles; vienen por los instigadores, encubridores y cómplices de la última dictadura cívico-militar”. La cuerda amenaza con caer sobre el propio cuello.
Sustentando sus expectativas en cierta pereza intelectual que lamentablemente todavía existe, parecieran estar buscando el aval social que otrora terminó generando infaustas experiencias. Para salvar su pellejo. La estrategia consiste, por un lado, en desacreditar permanentemente todo lo que rodea a la Presidente; y por el otro, en generar enfrentamientos entre las filas del partido gobernante, buscando rupturas. Esas son las dos grandes líneas de acción que han puesto en práctica con la intención de infundir miedo, desconfianza y sospecha. Sembrar huevos de serpiente. Remake de antiguos oscuros tiempos.
La evolución de los juicios los desvela tanto como la continuidad del rumbo y la inserción de la juventud en la vida institucional. Si se supone que la continuidad de los juicios depende de la del rumbo y, para este Gobierno, la juventud es heredera y guardiana de esa última continuidad, no resulta extraño que en este auge de deshonestidad periodística de la que somos testigo la juventud se haya convertido en blanco de descalificaciones, estigmatización y demonización. Moneda corriente por estos tiempos; tanto como en el pasado.
En este punto resulta oportuno detenernos una vez más en las palabras de José Ingenieros. Él advierte que los jóvenes deberán luchar contra “bastardeados apetitos”, “desafiando el recrudecer de las resistencias inmorales que apuntalan el pasado”. Nada más actual a pesar del siglo que media entre su obra y el ahora.
Lucía Carluncho, que cuenta con una Maestría (Flacso) en Ciencias Políticas y Sociología, explicaba: “El cambio es institucional pero también y fundamentalmente sociocultural”. Una o dos generaciones diezmadas en una supuesta guerra bajo el falso paraguas de la teoría de los dos demonios, y parte de otra sacrificada en una tan real como vergonzante, son más que suficiente. Entonces…, que la historia no se repita. No toquen a los jóvenes. Contrariamente a ello, celebremos que vienen marchando.

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