martes, 25 de octubre de 2011

EL DOMINGO 23

Sólo familia, amigos y algún que otro desprevenido asistieron a la representación de tan gastada como inverosímil -aún desde lo ficcional- obra, a cuyo no renovado elenco de escaso talento encabeza y dirige. No logró vender sus boletos de entrada ni a precio de remate. Las encuestas a las que es tan afecto y las PASO (elecciones primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias) ya habían anunciado su desplome. Y el domingo 23 las urnas le dijeron a Eduardo Duhalde que su escenografía de utilería está apolillada por berreta; que más que insistir en emparcharla es hora de que la demuela…
Existen quienes, en cambio, no esperaron a que la realidad les indique nada. Y demolieron por anticipado. Pero demolieron lo que no debían demoler. Demolieron lo que no tienen derecho a demoler. Hace 10 años demolieron principios, Derechos, dignidad y sueños. Esta vez demolieron la esencia de un partido político centenario que supo ser trascendente, protagonista de hitos de la vida institucional. Demolieron respeto a la memoria, alguno portando apellido y otros no. Entre estos últimos están los Cobos, los Sanz, los Morales… Y el mismo domingo 23 las urnas les pasaron Factura.
Hay momentos en que el surgimiento de alguna posibilidad de cambio frente a una realidad que no satisface resulta una bocanada de aire fresco. En un momento no tan lejano Elisa Carrió encarnó nuevos vientos de un -por entonces- roído escenario político. Pero junto con su entorno hace tiempo que también demolió incansablemente esa esperanza que alguna vez representó para alguien. Fue artífice de su propia hecatombe. La que habían anunciado las PASO y quedó ratificada el domingo 23. Y no hace falta abundar en cómo llego hasta allí…
Pobres… Pobres ellos, ellos y otros, casi todos, que desperdiciaron tiempo, oportunidad y, por qué no, inteligencia que seguramente existe entre sus filas, siguiendo quién sabe qué dictados que provendrían detrás de bambalinas, desde las sombras... Las sombras no permiten ver con claridad… Pobres ellos que no quisieron ver. Pobres ellos que no quisieron entender que el camino de los mensajes temerarios, o el de renunciar a los principios y el de las profecías apocalípticas no conducen sino al fracaso. Pobres ellos que se privaron sumar. Pobres ellos que no supieron interpretar la hora que vivimos. La de reconocernos y aceptarnos como el pueblo que somos y como parte de la región; región que coincide en el cambio profundo que demandan sus pueblos; cambio profundo inspirado en la gesta independentista. Su continuación sin sables ni balas. Pobres ellos que se negaron el privilegio de este momento. Pobres...
Las estrellas fugaces, también. Tan lábiles…
Nada de lo que todos ellos hicieron y dijeron bastó para impedir el apoyo de una abrumadora mayoría a quienes construyendo demolieron. Construyeron con hechos concretos, para todos, demoliendo con ello a sus detractores  Convicción, tenacidad y audacia, ingredientes que hay que reconocer.
Tan importante como llegar es mantenerse. Lo segundo suele ser más difícil que lo primero, y el domingo 23 quedó demostrado que Cristina Fernández de Kirchner lo logró; ¡batiendo récords!
Comienza una nueva etapa del desafío para esa mujer que cada vez supera su propia marca en los comicios; que cosecha la mayor diferencia de votos con el segundo en la Historia del país -más que segundo, el primero del pelotón de los últimos-, que resulta ser la primera mujer reelecta Presidente en el mundo… Comienza una nueva etapa del desafío para esa mujer, sin cheques en blanco pero con el guiño claro de un pueblo que le pide que siga por la misma senda… Comienza una nueva etapa del desafío para esa mujer y el mundo en crisis nos mira.

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