miércoles, 11 de diciembre de 2013

¿EXTORSIÓN SOLAMENTE?

Sí, como se anticipó en el último post, el tufo que emanaba de los acontecimientos en la provincia de Córdoba resultaba conocido. Permitía afirmar que las cosas no estaban bien y conjeturar que algo más podría suceder… Y sucedió.
El conflicto policial que comenzó el 4 de diciembre en “la docta”, fue la chispa inicial; y éste se propagó inéditamente, tanto por su alcance como por la rapidez. Se extendió a 17 provincias; y los auto-acuartelamientos favorecieron los saqueos organizados, convocados a través de las redes sociales, que dejaron muertos y heridos en cifras que aún no están del todo claras.
No creo en las casualidades y menos cuando está de por medio la policía”, dijo el Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel. No fue el único incrédulo. A la hora de referirse al comportamiento extorsivo de las policías (¿fue sólo eso?), en el discurso que dio ayer en el Museo del Bicentenario con motivo de celebrarse el 30° aniversario de Democracia ininterrumpida Cristina Fernández de Kirchner no pudo ser más clara: “No soy ingenua, no creo en las casualidades, tampoco creo en los hechos que se producen por contagio. Por contagio son las paperas, la varicela o la rubéola, pero algunas cosas que pasan en la Argentina y algunas cosas que pasan en determinadas fechas y con determinados protagonistas no son por contagio, son por planificación y ejecución con precisión quirúrgica”. Habló sin ambages. Sus palabras estuvieron en línea con lo que en este espacio se sostuvo la última vez: “No hay que confiarse de que quienes juegan con fichas negras -acordes a su propia negrura interior- aceptarán mansamente el rol que este tiempo les ha asignado”.
“…es una tradición histórica de las fuerzas de seguridad y armadas”, dijo también Pérez Esquivel, refiriéndose a los intentos de condicionar y someter al poder político. ¡Claro!, ya pasó; por ejemplo, en 2012 con la Gendarmería y la Prefectura. Y ni hablar del Ejército, que en la incipiente Democracia de los años ’80 -“la Democracia con libertad condicional”, como fue bien graficada ayer- protagonizó varias asonadas.
Lo plausible de estos días fue la declaración conjunta que firmaron los legisladores, representando a todo -o casi todo- el arco político, contra las protestas de “quienes deben ser protectores de la población y no promotores del caos” (palabras del Jefe de Gabinete, Jorge Capitanich) y los actos vandálicos (1). Una actitud de consenso, poco frecuente, que tuvo mucho de aquella madurez que no tuvo el comunicado de la diputada Victoria Donda, que tras las casi únicas palabras sensatas (2) con que arrancó, como de costumbre terminó mezclando peras con  manzanas.
Fueron días de “conductas propias de atentados contra el orden público, los poderes públicos y el orden constitucional”, señaló sin exagerar la Procuradora General de la Nación, Alejandra Gils Carbó; conductas que habrá que someterlas al peso de la ley; conductas que, sin embargo, no pudieron impedir -sólo empañaron- los festejos por lo que es el período democrático ininterrumpido más largo de nuestra joven historia como país. Una Democracia que no es inconclusa, como se escribió por ahí, sino, en todo caso, una Democracia cada vez más profunda, en desarrollo, enmarcada en una independencia todavía inacabada.
  
 (1) La forma de expresarse de los efectivos es una injustificada modalidad que no se corresponde con la situación de personas que se encuentran armadas en defensa de la ley”, expresaron  y firmaron Federico Pinedo, Juliana Di Tullio, Elisa Carrió, Mario Negri, Carlos Brown, Jorge Valinotto, Gerardo Milman, Carlos Heller, Darío Giustozzi, Mario Das Neves, Claudio Lozano y Juan Carlos Zabalza.
(2)La legitimidad que puede tener un reclamo salarial se ve afectada por un método de protesta que pone en vilo a nuestra sociedad, liberando las ciudades para que delincuentes y oportunistas lleven el miedo y la angustia a los barrios en donde viven argentinos honestos que trabajan todos los días”.

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