La
discusión por facultar o no a la juventud para ejercer más tempranamente el
derecho cívico de participar en la elección de sus representantes es una de las
más relevantes que se vienen dando en la Argentina, en el marco de una clara
política de profundización y ampliación de derechos que impulsa el Gobierno.
¡Vaya
si se han dividido las opiniones! Como todas aquellas veces en las que el
modelo de transformación sacude modorras. Aunque pareciera ser que algunos
pensaron que oponerse a que los jóvenes de 16 años puedan votar resultaría más
fácil, los expondría menos, porque esta vez se desató una avalancha de prejuicios;
algo que no fue tan evidente con las leyes relativas al casamiento igualitario
o la identidad de género, cuando los destinatarios de los eventuales prejuicios
de hecho podían traducirse en sufragios en contra porque ya integraban la categoría
de votantes. Ahora se trata de decidir si se los habilita o no a participar de
los comicios. Al parecer, mucho menos (¿o mucho más?) riesgoso para cierta
clase política.
Los
remisos soslayan -cuando no sentencian- tanto la inmadurez de los jóvenes como
su falta de preparación / conocimientos. Y quienes directamente se oponen al
proyecto disimulan su mezquindad apelando a las excusas de una supuesta
especulación electoral del kirchnerismo, el adoctrinamiento y el peligro de la
manipulación; razones absurdas de quienes día a día demuestran estar vacíos de
contenido y propuestas entusiasamantes; algo que debiera alertarlos acerca de
la peligrosidad de seguir jugando a la oposición boba, porque los torna incapaces
de captar, seducir, canalizar institucionalmente a los desamparados en la
búsqueda de otros matices, aquellos que genuinamente pueden no comulgar con el
Gobierno pero tampoco rifan apoyo. Que no son del tipo de “cacerolos”
reaccionarios que supo mostrarnos la noche del 13 de septiembre.
Pareciera
ser que entre los remisos hay a quienes les cuesta entender que la juventud
implica una biología que está siempre atravesada social y culturalmente, como sostiene
más o menos con estas mismas palabras la Directora del Observatorio de Juventud
y Comunicación de la Universidad Nacional de La Plata, Florencia Saintout,
quien nos ilustra que ya en 1928, la antropóloga Margaret Mead, en una
investigación realizada deja clara constancia de “la no existencia de una naturaleza del ser joven sino, por lo
contrario, de la dimensión cultural e histórica de la categoría”. Por ello
es que Saintout sostiene que “nada indica
que los jóvenes no puedan votar a los 16. Eso sólo lo indica una mirada
adultocrática que siempre los ha visto como sujetos de la carencia (como en
otras épocas lo fue la mujer)… y que por
lo tanto hay que tutelarlos”.
Ya
en el plano de la falta de preparación /
conocimientos, otros remisos, a su vez, “ignoran que toda formación cívica, y toda
educación es política desde el momento en que los docentes no son máquinas de
transmitir saberes neutrales y objetivos sino que son formadores de opinión y
de valores. La formación política no es “adoctrinamiento” y el pluralismo de
las ideas está en la práctica del diálogo antes que en el ocultamiento de la
política (algo que les encanta a los nostálgicos noventistas). Los docentes que adhieren al carácter
neutral y aséptico de la educación brindarán seguramente una formación cívica
deficiente, no podrán enseñar que la política es siempre conflicto de
intereses, no podrán enseñar algo más que las reglas básicas para votar y la
división de poderes, y así seguramente no podrán formar ciudadanos responsables”,
disparó desde
la pluma el politólogo Sergio Friedemann
Entre
los que el cambio de época en principio los tomó desacomodados, tanto como para
oponerse directamente al proyecto en cuestión, se encuentra la Unión Cívica
Radical (UCR). A su titular, Mario Barletta, y al diputado Oscar Aguad les tocó
aprender el significado de la palabra boomerang.
Sus mismos prosélitos los acusaron de utilizar el argumento de la especulación
electoral “como única respuesta para
tapar que hace tres décadas vienen poniendo freno al crecimiento de los jóvenes
al interior del partido, negándolos, evitando su inclusión en las listas,
quitándoles apoyo político, sólo por nombrar algunos inconvenientes que sufre
la militancia joven del radicalismo”. Palabras textuales del comunicado que
emitió una de las corrientes de la Juventud Radical. “Como sucedió con la iniciativa para estatizar YPF, el proyecto del
Gobierno logró poner en conflicto al radicalismo”, se ¿regodeaba? hace unas
semanas atrás un periodista. Y esta vez la cúpula del partido tuvo que poner
reversa.
Éste
debate que comenzó hace poco más de un mes, pareciera a la medida de quien
fuera reconocido a principios del siglo pasado como Maestro de la Juventud de
América Latina, cuyo pensamiento tuvo gran ascendencia sobre varias
generaciones del continente, José Ingenieros. Y da mucho para hablar. Ojalá los
argentinos del siglo XXI podamos demostrar que estamos a la altura de las
circunstancias.
Ya
que de jóvenes se trata, aprovechando el día EL GUARDAFARO les desea ¡ FELIZ DÍA DEL
ESTUDIANTE
!
Feliz
día de la primavera, no. Suena a lugar común; y este espacio se niega a sumarse
y sumar a sus lectores al rebaño.
¡¡
FELIZ DÍA INTERNACIONAL DE LA PAZ !! Eso sí. Aunque la
paz no sea rentable en los términos que "el mundo impone”. Contrariamente
al día de la primavera, esencialmente comercial, la paz no vende flores ni
bombones; pero sí nos regala gran parte de las condiciones que permiten a los
seres humanos a vivir y desarrollarse en sosiego y concordia. Y eso nos llena
de música, flores y dulzura, de las mejores.
PAZ es un Derecho
Humano. Brindemos para que no sea una palabra más en la vitrina de las utopías
ni en la de las hipocresías.
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