miércoles, 30 de octubre de 2013

DE FIESTA EN FIESTA



El Congreso el día del fallo de la CSJ

Un día como hoy, en 1983, algunos votábamos por primera vez en la vida. “Se cerraba no sólo la etapa de la dictadura cívico-militar (cívico-militar-eclesiástica, para este espacio) más cruenta de la historia argentina, sino el largo ciclo de golpes de Estado que comenzó en 1930 con el derrocamiento de Hipólito Yrigoyen”, comienza diciendo un refrescante (para la memoria) artículo de la agencia Télam, que en OTRAS VOCES se transcribe para recordar, reflexionar y no olvidar qué debemos cuidar y defender los argentinos y por qué.
Este fin de octubre nos trajo días de fiesta. El domingo 27, aunque empañada un poco por coincidir con el aniversario del fallecimiento del expresidente Néstor Kirchner, una fiesta cívica como lo es cada acto eleccionario. Hoy, la celebración a 30 años de aquellos comicios a los que sobrevendría un ininterrumpido camino de gobiernos democráticos; el período más largo de nuestra historia. Y en su víspera, ayer, el fallo de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) a favor de la constitucionalidad de los artículos en discusión de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual (LSCA). Un fallo largamente esperado por todos aquellos conscientes de la significación de la norma, que sorprendió en varios sentidos: por el momento elegido por el máximo tribunal para manifestarse; por esa contundencia (a pesar de no haber sido unánime) que no todos confiaban plenamente que tendría; por esa misma contundencia en contra a la que el Grupo de multimedios Clarín no está acostumbrado ni, se supone, consecuentemente imaginó.
Por esta vez, al menos, la sensatez que debería ser siempre la base de la Justicia, les ganó a los lobbies, a las presiones y al poder económico”, escribió hoy el periodista Washington Uranga. Y para Irina Hauser fue “una de las decisiones más trascendentes y esperadas de la historia judicial de los últimos treinta años”.
Se coincide con ambos. Fue un golpe que se infiere mortal a uno de los poderes económicos, corporativos o fácticos, llámeselos como se quiera, antes intocable. Trinchera y mascarón de proa, simultáneamente, de los demás; e implacable por igual. Recordemos sino aquella frase antológica de Juan Carlos Pugliese, uno de los Ministros de Economía que desfilaron por esa cartera durante el gobierno de Raúl Alfonsín: “Les ofrecí el corazón y me contestaron con el bolsillo”; y Pugliese se tuvo que ir, “el mercado” lo había sentenciado; y al poco tiempo después, seis meses antes de terminar su mandato, el mismísimo Alfonsín. Para el CEO de Clarín, Héctor Magneto, el que hoy debería bajar la cabeza y obedecer, Alfonsín se había constituido en un problema; y así se lo hizo saber, según contó el expresidente en sus memorias.
Seguramente para la Corte la decisión no fue fácil. “Tantos votos personalizados corroboran que fue complejo articular consensos”, opinó Mario Wainfeld. Lo demuestra cómo votó cada miembro de la CSJ: quien la preside, Ricardo Lorenzetti, se inclinó a favor de la constitucionalidad de los cuatro artículos en discusión (1) , igual que Elena Highton de Nolasco, quienes se expresaron en voto conjunto; Raúl Zaffaroni y Enrique Petracchi también, pero cada uno a través de voto propio; Juan Carlos Maqueda votó en disidencia parcial, con voto propio respecto de los artículos 48 y 161 y acompañando a la mayoría en los otros dos; Cármen Argibay, también en disidencia parcial, a favor de la constitucionalidad de la ley en sí pero en contra de la manera de aplicársela a Clarín; y Carlos Fayt, el único que votó en contra de la constitucionalidad de los cuatro artículos. Votó ”yendo aún más allá del impresentable fallo de la Cámara Federal en lo Civil y Comercial”, opinó algún periodista.
Más allá de eso, al caer la tarde el Congreso se vistió de fiesta. Y la gente festejó a su alrededor, como hace cuatro años, cuando nacía la ley. “Ya no hay más discusión: la ley es constitucional y la vamos a aplicar plenamente”, enfatizó el titular de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (AFSCA), Martín Sabbatella.
Se ha sorteado un gran obstáculo, queda una inmensa tarea.

(1) Los arts. 41 y 45, que regulan la cantidad de licencias y los propietarios de las mismas; el art. 48, que regula la integración de medios; y el art. 161, que regula los plazos de desinversión para la adecuación.


Festejo en las inmediaciones del Congreso

viernes, 25 de octubre de 2013

DE PALABRAS Y FUEGUITOS



Que buen idioma el mío, que buena lengua heredamos de los conquistadores torvos…  Estos andaban a zancadas tremendas por las cordilleras, por las Américas encrespadas, buscando patatas, butifarras, frijolitos, tabaco negro, oro, maíz, huevos fritos, con aquel apetito voraz que nunca más se he visto en el mundo… Todo se lo tragaban, con religiones, pirámides, tribus, idolatrías iguales a los que ellos traían en sus grandes bolsas… Por donde pasaban quedaba arrasada la tierra… Pero a los bárbaros se les caían de las botas, de las barbas, de los yelmos, de las herraduras, como piedrecitas, las palabras luminosas que se quedaron aquí resplandecientes… el idioma. Salimos perdiendo… Salimos ganando… Se llevaron el oro y nos dejaron el oro… Se lo llevaron todo y nos dejaron todo… Nos dejaron palabras”.
Notable manera de mirar a la distancia la expoliación que acompañó el mayor de los etnocidios que conozca la historia de la humanidad, consecuencia del “descubrimiento de América” un 12 de octubre de 1492, invisibilizada por manuales mentirosos. Notable capacidad de mirar la mitad llena del vaso a pesar de esa otra vacía; capacidad que permite festejar en esa fecha el Día del Respeto a la Diversidad Cultural Americana -aunque algún/a tilingo/a prefiera seguir llamándolo Día de la Raza-, sin obviar ni minimizar aquello otro.
Todo está en la palabra… Una idea entera cambia porque una palabra se trasladó de sitio, o porque otra se sentó como una reinita dentro de una frase que no le esperaba y que le obedecía…”, agregó Pablo Neruda a su párrafo anterior. Nada extraño tratándose de quien fue un excelso artista de la palabra; un orfebre trabajándola.
La palabra no es neutral. Debemos cuidarla... Aunque muchos no entienden la delicadeza y el respeto que esas “reinitas” demandan…; o no les interesa. Y en cualquiera de los casos, la degradan, como otros (o los mismos) envilecen la política a pesar (o buscando) de lo que de cualquiera de ambas cosas pueda derivar. Máxime enlazadas.
Esos vejámenes sobreabundan por estos lares en formas y versiones continuamente renovadas. Siempre estuvieron, pero especialmente y con mayor hondura durante los últimos años de la mano de la prensa canalla.
La campaña electoral que todos los candidatos cerraron ayer no fue la excepción, al punto de haberla rebajado a espectáculo pochoclero caracterizado por una guerra de guerrillas discursiva, en el sentido que escribió y argumentó con claridad meridiana el periodista Washington Uranga.
Una lástima... Lástima que suceda, lástima que haya quienes se presten a ser parte de esas trampas y lástima quienes caen en ellas. Lástima todo; y por sobre todo esa impotencia que obceca a varias fuerzas ¿…? políticas distintas a la oficial que sólo ofician de oposición ciega, corriendo tras una zanahoria de utilería, funcionales a otro tipo de oposición, para nada ciega ni boba, de filiación ideológica afín a los poderes fácticos a los que tanto molesta -y quieren destruir- el proyecto de transformación en curso. Lástima, porque de erigirse aquellas en alternativas reales, sólidas, podría elevarse el nivel de discusión. “Es portando nuestras verdades relativas, que construiremos la verdad común”, dijo alguna vez el expresidente Néstor Kirchner, pero para ello hace falta capacidad y buena leche.
Y a propósito de él, el domingo, el día que los argentinos debemos elegir destino por dos años para nuestro Congreso, se conmemora el tercer aniversario de su partida física. Un escrito de Eduardo Galeano pareciera hablar en su homenaje:

Un hombre del pueblo de Neguá, en la costa de Colombia, pudo subir al alto cielo. A la vuelta contó. Dijo que había contemplado desde arriba, la vida humana. Y dijo que somos un mar de fueguitos.
-“El mundo es eso -reveló- un montón de gente, un mar de fueguitos”.
Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás.
No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tanta pasión que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca se enciende.

Hoy existen sólo dos proyectos en pugna: el del sueño que propuso Néstor Kirchner y nos encendió a muchos argentinos y el que se presenta con un boleto de vuelta al pasado en la mano, aunque, por ahora, ninguna de sus dos versiones cuente con proyección nacional. Lo demás son falsos originales sin marca en el orillo que finalmente destiñen; fuegos bobos.


miércoles, 2 de octubre de 2013

2 x 1



La agenda indica para este 2 de octubre: Inicio de la campaña electoral. Se sobrentiende que se trata de aquella con vista a las elecciones legislativas; y que hablamos en términos de formalidad. En rigor, con distintos camuflages la campaña siguió en un continuo desde las elecciones primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO). En todo caso, para disimular inútilmente lo anterior y satisfacer al calendario hoy comenzarán a exhibirse los spots televisivos de los candidatos / partidos políticos y éstos continuarán mostrando sus propuestas.
Lo de las propuestas no es un error. Tampoco un exceso de optimismo. Aunque las planteadas en forma concreta -como sería saludable- escaseen o no existan, como sucedió con las PASO, se van develando a través del enjambre de palabras y actitudes que los candidatos van pronunciando y adoptando a medida que transcurre el tiempo.
Las opiniones acerca de esto no cesan; y no ceden respecto de la visión. “Velozmente se desnudan los discursos de los que encubren con palabras demagógicas (“la plata de los jubilados”) su voluntad política de restauración conservadora. Son servidores del pasado en copas nuevas”, escribió hoy la Secretaria General de la Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina (CTERA), Stella Maldonado, obviamente que refiriéndose a aquellos candidatos que por convicción o conveniencia para sus planes personales son una amenaza a futuro para lo logrado en general por el Gobierno. Sobre todos aquellos que ahora hablan al establishment, compitiendo por su gracia, mientras que al electorado le destinan sólo sonrisas y ambigüedades.
Hay quienes confían en que a esos candidatos les será imposible seguir jugando con la ambigüedad. Y hay quienes no tanto. El periodista Eduardo Aliverti refiriéndose a Sergio Massa, por ejemplo, lo pone en duda; y con argumento razonable: “… tal vez se trate de que el alcalde de Tigre ya es mucho más lo que construyen, y lo que quiere verse de él, que lo que es. Un renovador que no perjudicaría la esencia de lo conquistado, y no un conservador que navega con el apoyo de los factores de poder a quienes el Gobierno enfrentó, para lograr lo logrado”. Y refuerza su postura preguntando o preguntándose: “¿Por qué si un candidato no se define explícitamente respecto de nada, o es capaz de demagogizar sobre la plata de los jubilados, resulta ser un articulador atractivo de la debacle kirchnerista y no un charlatán de campaña?
La verdad comenzará a hablar por sí misma dentro de 25 días. En el medio veremos qué nos depara esta nueva y última etapa de la campaña electoral. Seguramente que mucho de todo; para ver, escuchar, sorprendernos, pensar, criticar… Mientras tanto, ya que de elecciones se trata, este espacio no quiere dejar pasar por alto las correspondientes al mundo de la prensa, aquí, en Buenos Aires.
Las elecciones para elegir nuevas autoridades de la Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires (UTPBA) fueron originalmente fijadas para los días 26 y 27 de septiembre, con 2 Listas en pugna: la oficialista (Celeste y Blanca, encabezada por Lidia Fagale y Daniel Miguez) y otra históricamente opositora a la primera (Multicolor, encabezada por Fernando Dondero, Patricio Klimezuk y Rubén Schofrin).  Una semana antes de los comicios, el Juzgado Nacional del Trabajo Nº 63 los suspendió a raíz de una denuncia presentada por la Lista Multicolor por no disponer, tal como lo establece la normativa vigente, de un padrón confeccionado por establecimiento, señalando los denunciantes que con ello se buscaba ocultar la inclusión de una enorme cantidad de supuestos afiliados. Sobre el filo de la fecha la Cámara de Apelaciones del Trabajo ratificó el fallo anterior, pero la UTPBA desoyó a la Justicia y realizó los comicios.
En su página oficial la entidad anuncia que 2318 trabajadores se expresaron en las urnas y que la Lista Celeste y Blanca se alzó con el 70 % de los votos. No obstante, Página/12 publicó el sábado que en Clarín votaron cinco de sus 2200 empleados, en la AM 26 de Julio, de Longchamps, los dirigentes fueron echados por trabajadores y en Página/12, Perfil y Tiempo Argentino ni intentaron instalar urnas; además, que el plenario autoconvocado de delegados de prensa informó el viernes que no les reconoce legitimidad alguna a las elecciones y llamó al Ministerio de Trabajo a arbitrar medidas para garantizar elecciones transparentes y con padrones depurados.
Cuál es la verdad y en qué quedará todo esto, EL GUARDAFARO lo desconoce. Sólo opina que es lamentable. ¿Por qué?
Porque lo sucedido demuestra una vez más que el periodismo está en crisis. Suma un aspecto más -el de la representatividad- a aquellos a los que aquí en algún momento se mencionaron, que llaman a repensarse. Y porque los distintos aspectos de esa crisis se manifiestan en el momento menos propicio, el de la lucha por la implementación plena de la mal llamada Ley de Medios (y por qué no, como consecuencia de ella); y no está demás decir: lucha en la que no se ve a la UTPBA en la calle con “los trapos”, ni siquiera en la plaza Viamonte los días de la audiencia pública.
Al final de cuentas, los hechos reafirman que todavía quedan muchas cosas por hacer. En este caso, democratizar las organizaciones sindicales; algo largamente esperado.