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transcurrieron desde el último post.
En realidad, 62. Hoy nos reencontramos en este espacio, exactamente a dos meses
de aquel 19 de diciembre, sin que mediara desaparición del mundo ninguna. Algo
que debía ocurrir el 21 de ese mes, coincidiendo con la finalización del
periodo de 13 baktunes (1),
según la supuesta profecía maya que propalaron algunos movimientos vinculados a
la espiritualidad –y llevaron a ridiculeces como haber cerrado al público, en esa
fecha, el acceso al cerro Unitorco “para evitar un suicidio masivo”-; profecía
que, según Beatriz García, astrónoma e investigadora independiente en la
subsede del Instituto de Tecnología en Detección y Astropartículas de Mendoza, no
es tal (“los mayas no profetizaban”),
sino que nace de la mala interpretación, transmitida sin ningún tipo de filtro,
de un estudio pionero que data de 1947.
Transmitir
sin ningún tipo de filtro la mala interpretación de un hecho o un documento, pasado
o presente, puede indicar muchas cosas: desde imbecilidad hasta canallada -cada
uno de los estadios con su respectiva cuota de irresponsabilidad-, dependiendo de
la importancia del asunto y de la intencionalidad e intensidad de su difusión. Y
estos dos últimos meses nos han cargado bastante de estas cosas.
No
fueron 60 días ligeros de acontecimientos. Quebraron la otrora somnolencia que solía
caracterizar a las vacaciones estivales. Por lo menos políticamente hablando.
Pueden
hacerse muchas conjeturas acerca del por qué. Cualquiera de ellas, seguramente,
conducirán a concluir que en estos últimos años la política ha resucitado en la
Argentina. Y que el 2013 no será un año tranquilo en ese sentido. El
chiste de Rudy y Paz que ilustra este post, es sólo una pequeña muestra de lo
que se viene.
Aquí
estaremos nuevamente. Reflexionando, opinando y debatiendo.
(1) Los Mayas utilizaban más de un
calendario: uno de cuenta corta y otro de cuenta larga. El primero, de 365 días,
era utilizado para la vida cotidiana y se basaba en las posiciones aparentes
del Sol a lo largo de un período completo de traslación de la Tierra en su
órbita. El calendario de cuenta larga era de 144 mil días; servía para destacar
fechas importantes que necesitaban un registro permanente y les permitía hacer
cálculos y establecer hitos hacia el futuro y hacia el pasado. Para la
denominación maya un día era un kin, 360 días eran un tun y 144 mil días eran
un baktun. El 21 de diciembre de 2012 culminó el baktun 13.