viernes, 30 de agosto de 2013

AHORA, A TRABAJAR


Ayer concluyó la segunda y última jornada del “gran duelo de ideas y teorías acerca de la esencia misma del derecho a la libertad de expresión”, como Irina Hauser definió a las ponencias en la audiencia cuya necesidad fue tan difícil de justificar como discutible su formato, relacionada a la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual (LSCA). Se supone que con ello se acabó el tiempo de las dilaciones para la Corte Suprema de Justicia (CSJ); y por qué no pensar que también el de la especulación política.
Ahora, a trabajar. Y es de esperar que lo haga como el tema merece: seria, inmediata y rápidamente; que imite la capacidad -y disposición- demostrada por el Poder Ejecutivo cuando de interpretar la realidad social, económica y/o política se trata, o como cuando ciertos acaecimientos amenazan lo construido y decisiones tomadas por terceros aceptando aquello construido.
El ejemplo más reciente de lo primero es el proyecto de ley que modificaría la normativa que rige el Impuesto a las Ganancias, que el Ejecutivo elaboró y envió al Parlamento a tan sólo una semana de su primer encuentro con referentes de los sectores económicos y sindicales; y de lo segundo, el proyecto de ley que permitiría reabrir el canje de deuda y habilitar la posibilidad de cambiar voluntariamente los bonos de los canjes del 2005 y 2010 por otros nuevos, pagaderos en las mismas condiciones en Buenos Aires, toda vez que el fallo adverso del viernes pasado, de la Cámara de Apelaciones de Nueva York, pone en peligro toda la reestructuración de la deuda argentina a la que ingresó el 93 % de los acreedores.
Que se ponga a trabajar inmediata y rápidamente sería ideal, porque una gran mayoría del pueblo espera la plena aplicación de lo legislado por sus representantes democráticamente elegidos. Pero por sobre todas las cosas que lo haga seriamente, teniendo en cuenta que los argentinos tenemos derecho a acceder a una información diversificada, pluralista, adecuada y veraz; que las autoridades deben proveer a la protección de ese derecho, a la defensa de la competencia contra toda forma de distorsión del mercado, al control de los monopolios; y que la legislación debe establecer los marcos regulatorios a tal fin. Las anteriores no son simples expresiones de deseo sino contenido del artículo 42 de la Constitución (1) vigente desde 1994.
Entonces, es de esperar que, en función de lo anterior y los aplastantes argumentos del Estado, los amicus curiae que presentó y los amicus independientes durante la audiencia, al fallar la CSJ ponga la lógica de la soberanía democrática por sobre la del capitalismo predatorio; y también lo haga con memoria, sin olvidar que, por la misma ley, aquel suyo del 22 de mayo de 2012 decía: “Debe existir una afectación concreta a la libertad de expresión para invalidar una norma de regulación de la competencia, lo que en el caso no se ha demostrado”. En suma, que prime la honestidad intelectual y falle a favor de la constitucionalidad de los artículos resistidos por “el gigante tomatodo”, como bautizó a Clarín el titular de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (AFSCA), Martín Sabbatella, en su encendido discurso del martes en la plaza.
Se supone que, por su parte, el Grupo mediático dominante también se pondrá a trabajar inmediata y rápidamente. Aunque, como de costumbre, no seriamente. Tratando de forzar el derecho y la ética, como lo ha hecho con la LSCA desde que fue promulgada. Y cualquiera sea su estrategia en el terreno judicial (2) habrá que ver con qué nos sorprenderá en el comunicacional. Una parte de su plantel, tan predispuesto como falto de valores, se adecua perfectamente a este cuento breve que escribió alguna vez Eduardo Galeano:

Hace mil años, dijo el sultán de Persia: -“Qué rica”.
Él nunca había probado la berenjena, y la estaba comiendo en rodajas aderezadas con jengibre y hierbas del Nilo.
Entonces el poeta de la corte exaltó a la berenjena, que da placer a la boca y en el lecho hace milagros, porque para las proezas del amor es más poderosa que el polvo de diente de tigre o el cuerno rallado de rinoceronte.
Un par de bocados después, el sultán dijo: -“Qué porquería”.
Y entonces el poeta de la corte maldijo a la engañosa berenjena, que castiga la digestión, llena la cabeza de malos pensamientos y empuja a los hombres virtuosos al abismo del delirio y la locura.
-“Recién llevaste a la berenjena al Paraíso, y ahora la estás echando al infierno”, comentó un insidioso.
Y el poeta, que era un profeta de los medios masivos de comunicación, puso las cosas en su lugar: -“Yo soy cortesano del sultán. No soy cortesano de la berenjena”.

A trabajar.
La CSJ ajustándose a Derecho; y los bufones, seguramente a eso.


(1) CONSTITUCIÓN NACIONAL - Artículo 42.- Los consumidores y usuarios de bienes y servicios tienen derecho, en la relación de consumo, a la protección de su salud, seguridad e intereses económicos; a una información adecuada y veraz; a la libertad de elección y a condiciones de trato equitativo y digno.
Las autoridades proveerán a la protección de esos derechos, a la educación para el consumo, a la defensa de la competencia contra toda forma de distorsión de los mercados, al control de los monopolios naturales y legales, al de la calidad y eficiencia de los servicios públicos, y a la constitución de asociaciones de consumidores y de usuarios.
La legislación establecerá procedimientos eficaces para la prevención y solución de conflictos, y los marcos regulatorios de los servicios públicos de competencia nacional, previendo la necesaria participación de las asociaciones de consumidores y usuarios y de las provincias interesadas, en los organismos de control.
(2) Apenas terminada la audiencia, su representante legal anticipó que el multimedio no respetará un fallo adverso de la Corte Suprema. Apelaría internacionalmente.


martes, 27 de agosto de 2013

HOY COMO AYER



-“¿Está Ud. fatigado, compañero?”, preguntó don Vicente López a Mariano Moreno, que en la sesión del Cabildo Abierto (1) del 22 de mayo no había pedido la palabra.
-“Estoy caviloso y muy inquieto”, respondió el interpelado.
-“Por qué, si todo nos ha salido bien”.
-“No amigo; yo he votado con ustedes por la insistencia y majadería de Martín Rodríguez, pero tenía mis sospechas de que el Cabildo podía traicionarnos. Acabo de saberlo; y si no nos prevenimos, los godos nos van a ahorcar antes de poco. Tenemos muchos enemigos y algunos andan entre nosotros y quizás sean los primeros en echarnos el guante”.
Sus palabras fueron una premonición. Mariano Moreno fue la primera víctima de los que, amparándose en la revolución triunfante, en realidad resistían todo cambio de fondo.
Ese 22 de mayo se había delegado la elección de la autoridad en el Cabildo, y éste, dos días después, dejó a Cisneros al frente del gobierno, secundado por cuatro “vecinos honorables”, de los cuales solo uno era un patriota auténtico: Juan José Castelli. Una fórmula fraudulenta toda vez que el Cabildo Abierto había aprobado la cesación de Cisneros por 155 votos contra 69. Moreno no se había equivocado.
No es que el 25 el pueblo se reunió porque “quería saber de qué se trataba”, sino que se volcó a la plaza para rechazar la decisión del Cabildo. Tampoco que los chisperos (Domingo) French y (Antonio Luis) Berutti repartían escarapelas entre los curiosos, sino cintas que identificaban a los patriotas, los amigos de la revolución, a manera de distintivo.
Las irrupciones de portavoces populares en la sala capitular hicieron que algunos funcionarios coloniales propusieran apelar a la fuerza pública, pero los jefes de las milicias no respondieron. Moreno y Castelli recorrían los cuarteles para garantizar el apoyo de las armas a la revolución. Y en la plaza se recogieron más de 1000 firmas de vecinos sosteniendo los nombres de los ciudadanos que proponían para conformar la Junta de gobierno patriótica.
Cisneros se vio obligado a renunciar y la fórmula surgida del categórico pronunciamiento popular tomó el timón.

Lo anterior es un extracto de parte de los sucesos de la Revolución de Mayo de 1810, chispa de nuestra independencia, que generalmente no se encuentran así tratados en la historia edulcorada -no por equivocación ni  inocentemente- de los Manuales con los que fuimos instruidas muchas generaciones. Pueden considerarse parte del revisionismo histórico, siempre tan resistido.
Ese pequeño tramo de nuestra historia, como cualquier otro que se quiera de ella, hasta el presente, demuestra que trampas y defecciones, en crudo o maquilladas, a la luz o en sombras, son moneda corriente en todo proyecto de transformación que amenace el statu quo; sobre todo si, intentando corregir desequilibrios, incomoda a sectores privilegiados. Sean cual fueren los desequilibrios. Sea cual fuere el privilegio, que muchas veces por haberse mantenido constante en el tiempo habrá quienes lo consideren natural; y hasta justo; pretendidamente inalterable. Ni hablar tratándose de sórdidos intereses; los “bastardeados apetitos” a los que aludió José Ingenieros en su obra.
Ese pequeño tramo de nuestra historia también demuestra que todo proyecto político que desafíe las resistencias inmorales que apuntalan el pasado” (otra de Ingenieros) requiere de convicciones, compromiso, decisión y coraje.
Mañana, 28 de agosto, será la audiencia pública por la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual (LSCA) convocada por la Corte Suprema de Justicia (CSJ) para que el Gobierno y la corporación mediática dominante expongan sus respectivas posiciones respecto de la norma resistida por la segunda. Será el momento de hacerle saber al máximo tribunal, antes de que se expida, que, hoy como ayer, el pueblo sabe de qué se trata. Por lo menos aquella parte del pueblo que no vive el presente pensando como en el pasado, que no es ingenuo ni está desprevenido, que no se deja engañar ni confundir, que sabe lo que quiere. Sin medias tintas.
 

(1) Según Juan Agustín García, en la Revolución de Mayo “el Cabildo Abierto fue un instrumento del pueblo salido de su órbita  constitucional para servir la causa revolucionaria”.
Napoleón Bonaparte había destronado al monarca español. Consecuentemente, en estas tierras se extendió aún más el sentimiento de autonomía entre quienes ya querían y pregonaban terminar con el sofocante dominio español. Fue infructuoso el empeño del virrey Cisneros en tratar de ocultar los sucesos e infructuosa su negativa inicial al pedido de Manuel Belgrano y Cornelio Saavedra: la urgente convocatoria de un Cabildo Abierto para que el pueblo resolviera qué hacer. Infructuosas también la manipulación para que en ese congreso general se decidiera a favor de la continuidad de su gobierno.
Fuente: “Febo asoma”, de Jorge Correa; DIRPLE Ediciones (1999)





"Sueño con una Argentina lo suficientemente informada para que nadie vuelva a meterles el perro" (Cristina Fernández de Kirchner; 21 de agosto de 2013).



viernes, 23 de agosto de 2013

INTRÍNGULIS


La Corte Suprema de Justicia (CSJ), que debe dictaminar en ultimísima instancia, ya en forma inapelable, sobre la constitucionalidad de los aspectos que la corporación mediática dominante objeta de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual (LSCA), convocó a las partes a una audiencia pública -audiencia pública no tan pública, pero no importa-. Es decir, haciendo uso de un instrumento tan valorable cuando se trata de dirimir cuestiones que afectan a la -o a una- comunidad puso en un pie de igualdad al Estado nacional con un Grupo económico por un reclamo estrictamente particular. Objetable. Tanto, que en el último post este espacio ya especuló sobre los eventuales por qué de lo que considera una degradación de esa herramienta.
El peor de los escenarios: una trampa tendida a la voluntad popular. Otro, no demasiado menos preocupante: una solución de compromiso; una decisión tomada por no haber mayoría para fallar en uno u otro sentido. En ningún caso se trata de fantasmas. Los miembros de esta CSJ ya han mostrado que son permeables al poder fáctico…
El que debe expedirse es el mismo tribunal, los mismos nombres y apellidos que no se pronuncian sobre la medida cautelar que en junio de 2009 ella misma ordenó reponer, a favor del diario La Nación, el socio del multimedio Clarín en la aparentemente malhabida “adquisición” -a base de tortura y sangre, ahora en investigación judicial- de la empresa Papel Prensa, monopolio de la producción y comercialización del papel de diario. Medida cautelar que goza desde octubre de 2003, computando las contribuciones patronales como crédito fiscal en el Impuesto al Valor Agregado (IVA), razón por la cual ya debe a la Administración General de Ingresos Públicos (AFIP) -es decir, a todos los argentinos- la módica suma de casi 300 mill de pesos (1). Coincidentemente, Carlos S. Fayt, que a pesar de sus 95 años es uno de los ministros de esa CSJ aunque la Constitución Nacional no lo permite , es cuñado del miembro del directorio de La Nación José Claudio Escribano; aquel que firmó el editorial del 15 de mayo de 2003 que decía que “la Argentina ha resuelto darse gobierno por un año”, en clara referencia a la inminente asunción de Néstor Kirchner como presidente de la Nación Argentina.
El que debe expedirse es el mismo tribunal, los mismos nombres y apellidos -excepto su presidente, Ricardo L. Lorenzetti, y el ministro Raúl Zaffaroni, que firmaron en disidencia- que protegen a la Sociedad Rural Argentina (SRA). Recientemente ratificaron el fallo de la Cámara integrada por Francisco de las Carreras, Graciela Medina y Ricardo Guarinoni, la misma de las cautelares en contra de la LSCA y a favor de Clarín, al considerar que “según surge de los antecedentes, los recursos extraordinarios interpuestos por el Estado Nacional fueron presentados de modo extemporáneo y, por consiguiente, ha sido bien denegado”. Ello, a pesar de que la Procuradora General de la Nación, Alejandra Gils Carbó, sostuvo en su dictamen -y argumentó por qué- que la Cámara “violó la garantía de defensa en juicio del Estado Nacional”. La SRA por ahora seguirá usufructuando un predio, fruto de una operación teñida de peculado (2).
Los miembros de esta CSJ ya han mostrado que son permeables al poder fáctico. ¿Cómo será esta vez? ¿Serán capaces de respetar el reacomodamiento de fuerzas que la ciudadanía viene apoyando en las urnas una y otra vez en la última década? ¿Será necesario recordarles que hasta los íconos del libre mercado, de la economía más liberal, tienen leyes antimonopólicas?
Si fallaran a favor de la constitucionalidad de la ley dejarían abierto un gran espacio para que se discutan otros poderes fácticos tan monopólicos como Clarín”, sostuvo Eduardo Anguita en una nota del domingo. Es cierto. Tanto como la enumeración que ensaya y como que, entonces, la LSCA no es (no debiera ser) un fin en sí mismo sino un medio. Y es en este punto donde encaja perfectamente una pregunta que se hizo alguna vez Mario Wainfeld en una de sus notas: ¿”cuáles son los límites democráticos que admitirá un poder fáctico enardecido y desatado” (en caso de un fallo que le sea desfavorable)?
Un verdadero intríngulis. ¿Estará la CSJ a la altura de las circunstancias?

(1) La causa se originó en los acuerdos de competitividad de 2001 que intentaron prolongar con inyecciones de benevolencia fiscal la agonía del sistema de convertibilidad monetaria. En junio de 2001, el decreto 730 permitió que los medios de comunicación no pagaran el impuesto a la ganancia mínima presunta y computaran las contribuciones patronales sobre la nómina salarial como crédito fiscal en el momento de la liquidación del IVA. En marzo de 2003, Duhalde eliminó el cómputo de las contribuciones patronales como crédito fiscal para todos los sectores excepto dos: los medios de comunicación y el transporte de carga. Su decreto de necesidad y urgencia 746, del 28 de marzo de ese año, especificó que la excepción regiría por el “plazo mínimo y acotado” de cuatro meses. En julio de 2003 venció el plazo fijado por el último decreto. Luego de pagar el impuesto en agosto y setiembre de 2003, La Nación obtuvo en octubre la medida cautelar que ya sopló sus primeras diez velitas. (Extracto de la nota de Horacio Verbitsky – Página 12; 06/enero/2013)

(2) El 20 de diciembre de 1991, por Decreto 2699 se aprobó el boleto de compraventa suscripto entre el Estado Nacional y la Sociedad Rural Argentina (SRA) por el cual ésta adquirió el Predio Ferial de Palermo. La operación se realizó por el sistema de contratación directa, al precio de 30 U$Smill. y pago en cuotas que llegaban hasta 1994, contrariamente a lo establecido en Decretos 407/91 y 2137/91 que regulaban el procedimiento de enajenación de inmuebles de Estado. Entre otras medidas, éstos disponían que las ventas se efectuarían únicamente mediante remate o licitación pública, debiendo integrarse la totalidad del precio de venta dentro de los 15 días de aprobada la operación por la autoridad competente. Debido a ello y a que el Tribunal de Tasaciones de la Nación aseguró en 2010 que la tasación del inmueble, según valores al 20 de diciembre de 1991, al contado y desocupado, era de 63,6 U$Smill, a través del Decreto 2552/2012 el Gobierno revocó el 2699/1991 y todos aquellos actos dictados en su consecuencia, resolviendo hacerse cargo nuevamente del inmueble. La SRA solicitó a la Justicia una cautelar contra la medida. La obtuvo. Es aquella sobre la cual la CSJ acaba de expedirse.


martes, 20 de agosto de 2013

COMO GATO PANZA ARRIBA

Entre el ruido que generaron las repercusiones de las elecciones primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO) y la primera irrupción política de Cristina Fernández de Kirchner luego de las mismas, otras cuestiones pasaron bastante desapercibidas para la opinión pública en general. Una de ellas, nada menor para el reacomodamiento de fuerzas que entraña el proyecto de transformación que puso en marcha el Gobierno hace 10 años y al que la corporación mediática dominante (Clarín) ha ofrecido una resistencia inusitada, especialmente por  lo que a ella la afecta de manera específica, es la convocatoria que realizó la Corte Suprema de Justicia (CSJ) a ambos para exponer en una audiencia pública sus respectivas posiciones respecto de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual (LSCA), previo a definir sobre la validez constitucional, entre otras cosas, de los topes de licencias de cable (24) y de la cantidad de abonados (35 % del mercado) que establece la ley.
Todo indicaría que el expediente judicial entró en su recta final, algo para festejar, máxime habiendo transcurrido cuatro años, “fruto de las maniobras judiciales que Clarín despliega (desplegó) para sostener su privilegio y su posición dominante del mercado”, como dijo el titular de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (AFSCA), Martín Sabbatella.
Sin embargo, no obsta hacernos una pregunta: ¿por qué la convocatoria? Por “la trascendencia de las cuestiones planteadas” y para “permitir la participación ciudadana” y “favorecer la difusión pública” del debate, argumentó el máximo tribunal en su resolución.
De la trascendencia de las cuestiones planteadas, nadie mediana y seriamente informado puede dudar. Pero aquello de permitir la participación ciudadana y favorecer la difusión pública del debate, parece una tomadura de pelo. Por esos puntos pareciera ser la CSJ la que no está mediana ni seriamente informada; aunque se sepa que no es así, razón por lo que esos argumentos parecieran desprender un tufo...
No puede dejarse de coincidir con la Coalición por una Comunicación Democrática, que agrupa a diversas asociaciones que participaron en el debate por la ley, cuando desde allí dicen que “(la CSJ) “debería revisar la historia de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual que nació del pueblo, que fue escrita y avalada por más de 300 organizaciones sociales, sindicales, de derechos humanos, de radiodifusores, comunitarias, cooperativas, micro y pequeñas empresas de arraigo local, de Pueblos Originarios, en miles de audiencias y foros populares”. ¿No fue suficiente participación ciudadana? ¿Cinco amicus curiae por parte, como reglamentó el tribunal para la convocatoria, reemplazarían ese universo de aportes y debate? ¿Tampoco considera que fue suficiente la difusión que tuvo tanto la creación de la norma como su posterior sanción en el Congreso y todo lo que vino después? ¿Una audiencia pública le dará más que aquello?
La verdad parece estar en otra parte. Por un lado, la intención de agotar todas las instancias de debate ¡¿…?! para que nadie le recrimine nada a futuro. Tradúzcase: miedo. Miedo a las consecuencias que puede acarrear el burlar “sin un amortiguador” la innegable voluntad popular; y miedo a desobedecer a los poderosos que integran el club de históricos mandamás, los fierros mediáticos. Por otro  lado, la división de los miembros del tribunal. Tres a favor de la constitucionalidad, tres en contra y un indeciso (¿Enrique Santiago Petracchi?). No habría mayoría para fallar en uno u otro sentido.
¿La fecha para la que fue convocada la audiencia pública (28 de agosto) esconderá algún mensaje? Ese día, Clarín, que se ha defendido como gato panza arriba atacando la cuestión medular de la ley, su sentido antimonopólico, cumple un nuevo aniversario de su fundación. ¿Cuál será el regalito de la CSJ esta vez?


viernes, 16 de agosto de 2013

¡AGARRATE, CATALINA!

Pocos deben ser los que imaginaban una irrupción como la que protagonizó Cristina Fernández de Kirchner el miércoles, con un discurso duro desde Tecnópolis, cuando todavía continuaba el festival de interpretaciones y especulaciones acerca del (pre)veredicto de las urnas -el final y definitivo será en octubre- atendiendo el buen entender, la conveniencia o la cuota de mala intención de cada analista, comentarista u “opinador”. Y, conociéndola,  seguramente eran muchos los que esperaban su reacción a tanta habladuría que abundó. Fue un aguafiestas que vino a interrumpir aquella efervescencia en la que el término “derrota” era el ungido por quienes no soportan el proceso de transformación encarado por el kirchnerismo y se empeñan en forzar una realidad que no cede; aquellos que se encaprichan una y otra vez con anunciar un “fin de ciclo” que hasta ahora nunca llegó; aquellos que no digieren la potencia con que el kirchnerismo avanza, arremete, en el modelo de país que plantea su proyecto político. Y si lo ponen en situaciones que pueden resultarle incómodas sabe “fugar hacia adelante”, agregaría Eduardo Aliverti.
La Presidenta no hizo autocrítica, habló de poderes concentrados, atacó al vencedor del domingo y movilizó a la militancia K: cristinismo del más puro”, mintió La Nación al día siguiente en un copete. Y desde Clarín uno de sus editores la mudó de “sedada y contenida” (por el domingo a la noche) a ser la mandataria “alterada y llena de bronca” que todavía no admite la derrota electoral.
Nada de eso… Cristina Fernández fue brutalmente frontal. Primeramente dejó en claro que ella es la Presidente hasta el 2015. Y quienes están acostumbrados a digitar las cosas sin ser gobierno -ni querer serlo- no lo resisten… Luego tiró el guante, los puso contra la pared. Retó a los referentes de los sectores económicos y al sindicalismo a no jugar a las escondidas, a sentarse con el Gobierno a discutir políticas concretas, que, por otra parte, fue lo mismo que desafiarlos a decir a cara descubierta qué es lo que quieren y lo que tienen para proponer. Sin intermediarios ni mandaderos.
Una apuesta fuerte. Con ello, recojan o no el guante se sabrá quién es quién, quién quiere consensuar y quién no, quién quiere ir para adelante y quién devolver la Argentina al pasado. Y… ¡agarrate, Catalina! (1)
Algunos referentes lo recogieron y dieron su aprobación, dijeron estar dispuestos. Incluso el titular de la Confederación General del Trabajo (CGT) disidente, a quien el chupetín (barato) que tanto buscaba y le dieron por ahí se le cayó en la arena. Pero la prensa continuó horadando. Trató de ridiculizar su discurso. ¿Dónde quedó el diálogo que tanto reclabaman? ¿Era farsa? ¿No será que simplemente quieren imponer, como siempre lo han hecho? Quizás les molestan las formas…, pero son las de quien gobierna.
Aunque aparte, la Presidente también debería convocar públicamente a confrontar, de cara a la ciudadanía y sin restricciones, a quienes hoy son oposición. Sobre todo a los aspirantes a ocupar las bancas del Senado y de la Cámara de Diputados que en diciembre quedarán libres, que hasta ahora han evitado cualquier debate televisado con los candidatos del oficialismo.
Ahí también… ¡agarrate, Catalina!, que las elecciones están a la vuelta de la esquina.


‘(1) Catalina pertenecía a una familia de trapecistas que trabajaban en un circo recorriendo los barrios porteños en los años cuarenta. Su bisabuela, su abuela y su madre habían muerto durante diversas actuaciones circenses. La gente, que conocía su historia, a modo de cábala y antes de cada función le decía "¡Agarrate bien, Catalina!”. Con el correr del tiempo la frase se fue deformando hasta llegar al conocido "Agarrate, Catalina”. Antes de cada actuación, alguien del circo lo gritaba, hasta que una vez la persona que debía pronunciar la frase no estaba presente. Así fue como la pobre Catalina terminó muriendo a los 25 años durante una función del circo en el barrio de San Telmo.


martes, 13 de agosto de 2013

ETAPA CUMPLIDA

Se alcanzó la primera y única posta. El testigo ya está manos de quienes de precandidatos pasan a ser candidatos.
La primera etapa de la contienda electoral de medio término dejó tantas interpretaciones como analistas, comentaristas y “opinadores” se prestaron a hacerlas según sus legítimos entenderes o sus respectivos intereses, pero la más prudente e inequívoca de las conclusiones es que “esto recién empieza”.
Lo que más importa a este espacio en esta instancia es lo que las elecciones primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO) dejaron al conjunto de la sociedad, independientemente de cual sea la preferencia ideológica de cada ciudadano. En esta ocasión dejemos otro tipo de lecturas a los ríos de tinta que ya corrieron y seguirán haciéndolo.
Como bien advierte el periodista Washington Uranga, “desde distintos lugares y haciendo cálculos diferentes, la gran mayoría de los participantes se consideran “ganadores” en algún sentido”. Cada uno con su cuota de razón, mostrando el costado de la situación que le es más favorable. En fin, llevando agua para su molino. Y no faltan los desubicados que ya se creen Gobierno, como ocurrió en el 2009, olvidando que los comicios del domingo fueron el puntapié inicial de lo que serán nada más que elecciones legislativas.
Pero lo importante es que la ganadora indiscutida es la ciudadanía; e, indudablemente, el país. Treinta años de ejercicio democrático sin interrupciones.
No cabe dudas que una vez más las profecías apocalípticas no se cumplieron. Como en tantas otras oportunidades respecto de muchas otras cuestiones. No hubo inconvenientes con el nuevo sistema (nuevos y variedad de documentos de identidad, troquel en vez de sello), no hubo incidentes, no hubo fraude… Tampoco alienígenas que bajaran del cielo a invadirnos ni llevarse gente con quien sabe qué intenciones (a la hora de inventar por qué no mostrarse tan ridículos como los falsos profetas de siempre).
Lo que se vio fue miles y miles de jóvenes (1) estrenando ampliación de derechos. Igual que los casi 3.000 ciudadanos con su identidad autopercibida ahora reconocida. Y si se quiere una nota de color, aunque esta implique desplazar un poco el foco: 86 personas que tenían pedidos de captura fueron detenidas cuando concurrieron a las urnas; de los 85 apresadas en territorio bonaerense, 28 fueron por homicidio, 12 por violación, 21 por robo calificado y el resto por otros delitos.
Si en esta instancia dejamos a los demás otro tipo de lecturas, resultaría saludable que entre esos “demás” se encuentre cada una de las fuerzas que continuarán compitiendo; y que lo hagan con la seriedad que corresponde, puertas adentro, tanto para mejorar su performance de cara a octubre -algo legítimo- como para elevar su estatura de dirigentes. Esto último redundaría en respeto al electorado. La campaña de las PASO no fue lo que se supone debiera  ser. Comenzando por el hecho que estuvo mayoritariamente caracterizada por un exceso de promesas abstractas. Fue altamente deficitaria en propuestas concretas. Ni hablar de contundentes.
También sería ideal terminar con lo que Leandro Querido define como “ventajismo político”. Las prácticas que, según más o menos sus propias palabras, siguen lesionando los derechos políticos de la ciudadanía. Nuestra historia da cuenta que existió desde siempre; y la crónica reciente, que esta vez no fue tan distinto a pesar de la Ley de Democratización de la Representación Política, la Transparencia y la Equidad Electoral sancionada en 2009. El politólogo escribió: “por un lado el oficialismo desconoce la normativa electoral y todo acto de gestión se transforma en un acto político para promocionar los candidatos del gobierno, por el otro, la oposición para contrarrestar esta situación comienza la campaña mucho antes de los permitido”. ¿Cómo refutarlo sin caer en la necedad? Aunque esto no es comparable en nada con lo que sucedía antaño; y también sería de necios no reconocer que desde algún lugar existen claras intenciones de atentar contra la continuidad de estos 30 años de democracia. De arrebatárnosla. Entonces, ese detalle de la campaña es menor. Rasgarse las vestiduras por ello sería pecar de extremada pureza. 
Y quedan otras cosas en el tintero del ventajismo político. Pero son cuestiones que ya corresponden a un horizonte más lejano. Centremos la atención en el próximo 27 de octubre.


(1) Los jóvenes de 16 y 17 años habilitados para votar superaron la cantidad de 600.000. Concurrieron en una proporción mayor al promedio general, que fue de casi el 77 %, significando poco menos del 2 % del Padrón Electoral (30,5 mill). Por un lado, un éxito el grado de respuesta; por otro, contrariamente a la torpeza en la que pocos legisladores no oficialistas se privaron de incurrir cuando se discutió la ley del caso, un peso porcentual con el que no puede inclinarse el resultado de una elección; es decir, ninguna “amenaza”.
  

sábado, 10 de agosto de 2013

LA POSTA


Si mañana, 11 de agosto, será la línea de largada en el ejercicio cívico de sufragar para los jóvenes de 16 y 17 años -Dios quiera que puedan ejercerlo durante su vida en todas y cada una de las instancias que marca el reglamento del juego democrático limpio, ininterrumpidamente -, para los precandidatos con intención de alzarse con alguna de las bancas que están en juego será la posta en la que entregarán el testigo a quienes sigan en carrera. Y cuando el reloj marque las 18:00 hs. no sólo comenzará a vislumbrarse quienes serán estos últimos, sino que también a revelarse las respuestas a varios de los interrogantes más significativos que a cualquier ciudadano de buena voluntad le pueden haber generado estas elecciones; como así también, por qué no -o, más bien, sobre todo-, a las de aquellos que  le han inducido. Es decir, será la hora de varias verdades; aunque, no es de extrañar que algunas de ellas traten de minimizarse, cuando no de ser ignoradas e incluso tapadas, por aquellos a las que incomodan o incomoden (la realidad  nos permite ver a diario este tipo de películas).
Comenzando por la cuestión de habilitar o no a nuestros jóvenes al derecho de votar, que en principio puede parecer que se trata de una discusión que pertenece al pasado lejano, pero no lo es, y fue un tema sobre el que se escucharon barbaridades, sabremos cuánto de cierto había en ellas. No es una cuestión menor. Es bueno recordar que 12 de los candidatos más mediáticos estuvieron ausentes en el recinto al momento de votar: Ricardo Alfonsín y Ricardo Gil Lavedra, por Unión Cívica Radical (UCR); Elisa Carrió y Alfonso Prat Gay, por Coalición Cívica (CC); Fernando “Pino” Solanas y Claudio Lozano, por Proyecto Sur (PS); Gabriela Michetti y Laura Alonso, por Propuesta Republicana (PRO); Margarita Stolbizer, por Generación para un Encuentro Nacional (GEN); la nieta recuperada Victoria Donda, por Libres del Sur (LS); Felipe Solá y Francisco De Narváez, por Partido Federal (PF)…; y el listado continúa.
Todos los nombrados, hoy integran alguna Lista. Literalmente revueltos. Partidaria e ideológicamente, dando cuenta de la pérdida colectiva de poder. La suya como dirigentes y la de sus respectivos partidos políticos de pertenencia.
¿Pertenencia? ¿No sería mejor o correcto, decir: de origen? Con lo intrincado de sus actuales alianzas, ¿no están indicando que han perdido su identidad política? Además, ofreciendo a la sociedad como única consigna ponerle un límite, frenar, derrotar al kirchnerismo, han expuesto impúdicamente su vaciedad.
Jorge Halperín se ha preguntado recientemente: ¿Qué votan los argentinos? Ha indagado. Y concluye: “La gestión no es decisiva en la intención de voto de algunos de quienes recogen más apoyos // Algunos de los candidatos a las primarias que tienen mayor intención de voto según las encuestas (da nombres) son de los legisladores que menos han concurrido a las sesiones, que menos iniciativas han aportado y que han estado ausentes de la votación de leyes fundamentales // Está claro que para el ciudadano de Buenos Aires es más sencillo reconocer el protagonismo en los medios que la labor parlamentaria de sus dirigentes // Otra cosa es la trayectoria (el plato fuerte del oficialismo), … Pero, reiteramos, el votante medio tiene menor acceso a esa otra información que, por otra parte, quizá le resulte demasiado compleja para evaluar”.
Tan patético como cierto.
Tan patético como los spots que se exhibieron. Marketing puro; y del peor.
Entre varias otras cosas más, mañana sabremos cuán madura está la sociedad argentina. Políticamente hablando.